El Gobierno vasco criticó ayer con dureza la reforma del Código Penal impulsada por el Ejecutivo central. El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, afirmó que supondrá un "golpe de gracia" al sistema democrático del Estado, "ya de por sí maltrecho", aunque advirtió al PP de que no conseguirá "amordazar" a los ciudadanos de Euskadi. La reforma anunciada constituye, a juicio de Azkarraga, "lo más grave que ha sucedido en términos políticos desde el fin de la dictadura", y se preguntó cuál será el siguiente paso: "¿Penar la reivindicación política, prohibir la opinión o simplemente ilegalizar el pensamiento?".

La consejera de Educación del Gobierno vasco, Anjeles Iztueta, calificó de "antidemocrática" la propuesta de reforma del Código Penal.

Por su parte, el parlamentario del PNV Emilio Olabarria denunció que la reforma del Código Penal supone castigar la convocatoria de un referendo con penas superiores a las contempladas para "conductas particularmente reprochables", como violación sin agravantes, corrupción de menores, torturas o prevaricación.