La Audiencia Nacional comienza hoy a juzgar a lo que se ha llamado entramado de ETA. 56 personas se sentarán en el banquillo para responder de los delitos de pertenencia o colaboración con banda armada, delitos fiscales y contra la seguridad social. El fiscal les reclama 991 años de cárcel. La mayor petición es para el dirigente de KAS-EKIN Xabier Alegria, que se enfrenta a 51 años de reclusión. Unos 200.000 folios, 12 letrados de la defensa y una acusación representada por el fiscal, la Asociación Víctimas del Terrorismo y Jesús Zuluaga completan el escenario.

Con este macrojuicio, el mayor que se ha celebrado tras el caso de la colza , la banda terrorista se juega el futuro de la izquierda aberzale. En el caso de que el tribunal decida que las organizaciones que ha utilizado esa fuerza para ocuparse de sus presos, sus relaciones internacionales o su actividad política son ilegales porque forman parte de la estructura de ETA, el nacionalismo radical vasco tendrá serias dificultades para hacerse oír.

Para el juez Baltasar Garzón, instructor de este macroproceso, este juicio servirá para mostrar a la "auténtica organización terrorista", según sus tesis. El magistrado, de excedencia en Estados Unidos, inició en 1997 una investigación para acabar con el llamado entorno de ETA.

Pero además este macroproceso, que se prolongará durante cuatro o cinco meses, se va a celebrar en medio de una posible negociación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con ETA. El juez de la Audiencia Nacional no cree, como mantiene el Ejecutivo socialista, que se haya iniciado un diálogo con la banda. En cualquier caso, celebra el inicio de este juicio "para que no se confunda el ámbito político con el judicial".