El Gobierno considera que los encapuchados que el sábado leyeron un comunicado de ETA en Oiartzun (Guipúzcoa) pertenecen a la banda terrorista y no forman una escisión de la misma. La dureza de su mensaje --aseguraron que no parará la violencia hasta conseguir la independencia de Euskadi-- y la inusual escenografía que utilizaron --iban armados y dispararon varios tiros al aire-- hizo que algunas voces interpretaran que los encapuchados representan un grupo disidente dentro de la banda contrario al proceso de paz. Sin embargo, fuentes gubernamentales negaron ayer este extremo.

Las mismas fuentes negaron que la negociación con ETA esté estancada y se remitieron a las palabras del presidente José Luis Rodríguez Zapatero cuando reconoció que el proceso será "largo, duro y difícil".

APLAZAMIENTOS La ausencia de avances ha provocado que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, haya retrasado los contactos previstos con los grupos parlamentarios para informarles sobre el desarrollo del proceso. Todos los grupos aceptaron ayer el aplazamiento salvo el Partido Popular. Su secretario general en el País Vasco, Carmelo Barrio, criticó el "retraso injustificado" del encuentro y el líder del PP, Mariano Rajoy, reprochó al Gobierno que "no cumpla sus compromisos".

Mientras, la izquierda aberzale multiplica las iniciativas para reclamar el acercamiento de los presos. El secretario general del PSE, Patxi López, recordó que la voluntad del Gobierno es que esto se produzca cuando se constate "la voluntad efectiva" de la banda a abandonar las armas. En ese contexto, el Gobierno vasco pidió la transferencia de prisiones como "pieza esencial" del proceso de paz. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), recordó que la demanda se atiene a lo reconocido en el Estatuto y atribuyó a "intereses políticos partidistas", de PSOE y PP, la demora del traspaso.

La abogada de Batasuna, Jone Goirizelaia, denunció que la doctrina Parot, que alarga el cumplimiento de penas, se ha aplicado a otros tres presos además de Iñaki de Juana Chaos, que supera 50 días en huelga de hambre. Aseguró que la situación en las prisiones ya es "muy grave".