La idea de celebrar una reunión anual entre los máximos dirigentes de España y Francia se remonta a la primera visita de Estado a Francia de los reyes Juan Carlos y Sofía, en 1985, bajo la presidencia del socialista Fran§ois Mitterrand.

La primera fue en marzo de 1987 en Madrid, y puesto que Francia estaba en plena cohabitación, contó con la presencia, junto con Felipe González y Fran§ois Mitterrand, del entonces primer ministro conservador Jacques Chirac.

Desde el principio, estos encuentros al máximo nivel se destinaron a reforzar la entente entre Madrid y París con un espíritu de emulación del modelo franco-alemán. Nunca se llegó al mismo nivel, pero los encuentros se mantuvieron con los inevitables altos y bajos, según las circunstancias y los gobernantes. La época González-Mitterrand fue sin duda la más fructífera.

La llegada de Chirac a la presidencia en 1995 coincidió con el final del mandato de Felipe González, pero ambos simpatizaron y renovaron la voluntad de seguir con los encuentros. La antipatía de Chirac por Aznar marcó el declive de las citas. Con Zapatero el clima se distendió, pero el intento de relanzar la dinámica ha sido vano. El esfuerzo de ampliar la cita a presidentes autonómicos transfronteri-zos, como en la 17 cumbre de Zaragoza, hace dos años, fue un fracaso. M. C.