La dirección de ERC decidió ayer no respaldar el pacto alcanzado el pasado sábado entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de CiU, Artur Mas, sobre dos aspectos sustanciales del nuevo Estatuto: financiación y denominación de nación para Cataluña. El resultado de ese pacto "no tiene nada que ver con el Estatut aprobado el 30 de septiembre por el 90% del Parlament; es otra cosa", proclamó el presidente de Esquerra, Josep Lluís Carod-Rovira.

Aunque formalmente las puertas no se han cerrado, los dirigentes de ERC se mostraron pesimistas ante la posibilidad de subir el listón de lo acordado entre Mas y Zapatero. No descartan, por ello, votar en el Congreso en contra del preámbulo, del título preliminar y del dedicado a la hacienda de la Generalitat. Sobre el sentido de su voto en la votación final al conjunto del proyecto, y en el posterior referendo, prefirieron no adelantar acontecimientos.

AVANCE INSUFICIENTE Los republicanos consideran que la financiación pactada no supone un avance suficiente que justifique el esfuerzo de dos años en redactar un nuevo Estatuto. Las perjudicadas, insistió Carod, serán las capas populares, que no tienen acceso a la sanidad o la escuela privadas o a los planes de pensiones.

Esquerra, que reunió ayer a su ejecutiva, reiteró su apoyo a la continuidad del Gobierno tripartito de la Generalitat, que consideran compatible con el hecho de que el PSC e ICV sí estén a favor de lo acordado entre Zapatero y Mas.

En relación con el futuro de la política española de ERC, Carod declaró finiquitado el discurso de la España plural y federal de Zapatero, y aseguró que con el PSOE dejará de existir un acuerdo global, y que la colaboración se decidirá ahora ley por ley.