Íñigo Errejón está llamado a ser el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid el 2019 pero su nombramiento oficial tensa las costuras entre las familias moradas, sumidas en una ardua negociación. El pablismo tiene prisas ahora para designarle oficialmente. Bajo el argumento de que el 'caso Cifuentes' obliga a investir con urgencia a un candidato que sea referente para el electorado progresista, pisa el acelerador. Quiere primarias en mayo, pero pretende que esa consulta a los inscritos sea solo para elegir el candidato, y que las listas electorales se voten más adelante. Es un método que nunca se ha utilizado en Podemos y que implicaría que Errejón se compromete ahora a liderar un proyecto que no controla, puesto que el equipo se decidiría después, en órganos que controla una mayoría pablista que podría imponer nombres y dejar al errejonismo reducido solo al cabeza de lista.

La propuesta oficialista la lanzó este martes el líder regional, Ramón Espinar y cayó como un jarro de agua fría en un proceso negociador que está en una fase extremadamente compleja. Este miércoles Errejón ha dejado claro que rechaza esa fórmula que adelanta las primarias de candidato y deja para más adelante las votaciones de equipos. Quiere que las primarias sean conjuntas para que los inscritos elijan un proyecto al completo. Dice estar convencido de que llegará a un acuerdo para que así sea y se muestra "optimista" para alcanzarlo. Aún así, fuentes próximas advierten de que si ese pacto no se logra, puede llegar a retirar su candidatura.

"Estoy convencido de que vamos a llegar a un acuerdo y vamos a hacer las cosas bien, un proyecto serio, en el que la persona que encabeza el quipo el proyecto y los términos van juntos", ha opinión Errejón, que ha insistido en la idea de "proyecto integral", es decir, candidato con listas. Su intención es sumar a todas las sensibilidades del podemismo en una única lista.

"Quiero incluir a todo el mundo. Liderar es incluir, quiero que tengan hueco, quiero liderar un proyecto lo más amplio posible", ha insistido.

A nadie se le escapa que la negociación sigue abierta y que tanto la propuesta de Espinar como la advertencia de Errejón forman parte de un duro pulso entre las familias para controlar la plaza más relevante para los morados en las elecciones del 2019.