Viernes con oleaje de intensidad en Podemos. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón dan a conocer sus documentos políticos para el congreso estatal de febrero, Vistalegre II. En ellos analizan el contexto, admiten errores y fijan el rumbo que, a su juicio, debe seguir el partido a partir de ahora. Si no llegan a un acuerdo antes del dos de febrero presentarán sus proyectos por separado y las bases decidirán.

La primera hoja de ruta que se ha dado a conocer es la de Errejón. El secretario político pide a Podemos que salga del “golpe de efecto” y deje la irreverencia que les indentificó en su primera etapa como “enfants terribles” para empezar a ser útiles a la sociedad. ¿Cómo? Aprovechar que Mariano Rajoy no dispone de mayoría en el Congreso para “aislar parlamentariamente y socialmente al PP” a través de “políticas públicas realizables” que puedan derrotar a un Gobierno que considera débil. Consciente de que para ello Podemos necesita sintonizar con otros grupos de la oposición, propone tratar con “habilidad” a esos partidos para ponerlos de su lado o, si se alinean con el PP, hacerles pagar el coste político de defender a Rajoy.

SER ÚTILES, NO FOLKLÓRICOS

Errejón pide dejar los complejos atrás, abandonar la “obsesión” de“revancha histórica” que pretende fulminar al PSOE y dialogar con “habilidad” para ganar la partida a los conservadores en el Parlamento y derogar sus leyes. “No necesitan arrinconarnos, les basta con arrinconarnos y dejarnos en una esquina folklórica de la izquierda del tablero”, advierte frente a los que le acusan de docilidad con los socialistas.

En otras palabras, Errejón sostiene dos ideas clave: Primera, que la misión de Podemos ahora es presionar al Gobierno y liderar acuerdos con otras fuerzas. Y segunda. Debe impulsar una“agenda patriótica” que incluya los anhelos y necesidades de la mayoría (transición energética, lucha contra la violencia machista, apoyo a pymes y autónomos, a jóvenes y garantizar por ley determinados derechos sociales). Entre estos, propone que se actualicen los Estatutos de Autonomía para incluir el derecho a la electricidad, agua y vivienda como derechos esenciales.

IDENTIDAD TRANSVERSAL

A lo largo de todo el texto Errejón va desmontando los argumentos de Iglesias para orientar el partido a una fuerza obrera y radical de protesta en las calles. Argumenta el secretario político que Podemos no se puede poner una “armadura” para pasar el “frío invierno” y convertirse en una fuerza de resistencia. Sostiene que la oportunidad histórica sigue abierta y que el partido solo logrará el Gobierno si antes demuestra que puede gobernar.

Ese trabajo, insiste, se logra en el Parlamento liderando cambios que, con el PP sin mayoría, se pueden conseguir. “Ser útiles ya en las instituciones”, pide, convencido de que el repliegue en la identidad irreverente es “improductivo”. Por ello considera que lo importante no es construir “la unidad de la izquierda” y ni parapetarse en un esperado clima de revueltas sociales que -augura- no llegarán, sino “construir pueblo”, generar certezas para que los ciudadanos les imaginen gobernando.

IU Y LOS ERRORES

Con ese rumbo, ciñe la relación con IU a alianzas electorales que deberían, en todo caso, ser refrendadas por la militancia y no dedica ni una línea a hablar de un eventual proceso de fusión.

Errejón desarrolla el concepto de plurinacionalidad y el derecho a decidir. Y admite errores: entre el 20-D y el 26-J Podemos se dedicó solo a impugnar en vez de proponer un proyecto alternativo de normalidad que demostrase que pueden ser representantes de un nuevo orden, porque entiende que, a pesar de que la población pedía cambio, quería también "cierto orden".

Y equivocaciones, también, en la construcción apresurada del partido: no se integró bien a los críticos, no hubo suficiente separación de poderes orgánicos y no hubo una proporcionalidad en el género de los cargos. Ahora proponer enmendarlos y transformar a Podemos de máquina de guerra electoral a movimiento popular.