El Gobierno autónomo escocés ha puesto el Acuerdo de Edimburgo del 2012, que propició el referéndum de independencia del 2014, como ejemplo de una posible vía para solucionar el conflicto catalán.

En un comunicado difundido este sábado, la ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno escocés, Fiona Hyslop, ha recordado que "los dos gobiernos tenían un punto de vista diametralmente opuesto sobre si Escocia debía ser independiente", pero "fueron capaces de unirse para acordar un proceso para que la gente pudiera decidir".

Así, ha señalado que aunque "los gobiernos catalán y español tienen perfecto derecho a adoptar posiciones a favor y en contra de la independencia", "la decisión sobre el futuro de Catalunya es asunto de quienes viven allí".

En cualquier caso, Hyslop ha destacado que "todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación y a elegir la forma de gobierno que más se adecue a sus necesidades, un principio que está consagrado en la Carta de la ONU".

La declaración ha sido publicada por el Gobierno escocés y de ella se han hecho eco a través de sus cuentas en Twitter tanto la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, como el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.