El atentado contra un convoy español en Afganistán, que el domingo se cobró la vida de dos militares e hirió a otros cuatro, reabrió ayer el debate sobre la continuidad de la misión española en suelo afgano tal como está planteada. El Gobierno no solo está convencido de la necesidad de que las tropas españolas sigan en un país donde se lucha cara a cara contra el terrorismo islamista, sino que estaría dispuesto a incrementar su implicación. Pero antes pretende que se reconduzca la misión, de forma que la Administración afgana cobre cada vez más protagonismo. Además, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero desea que haya una mayor coordinación de las diferentes fuerzas desplegadas sobre el terreno, entre ellas las de Estados Unidos, para frenar las numerosas bajas de civiles afganos que acentúan la hostilidad local hacia las tropas extranjeras.

Incluso la titular de Defensa, Carme Chacón, ha acusado al Pentágono de "socavar" la tarea que realizan las tropas de la OTAN con sus incursiones, en el marco de la operación Libertad Duradera, en busca de guerrilleros talibanes. Será, por tanto, de vital importancia el giro que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama --que ha prometido desplazar el esfuerzo estadounidense de Irak a Afganistán--, imprima, a partir del 20 de enero cuando asumirá el cargo, a la misión aliada.

NUEVO BATALLON Fuentes gubernamentales, conscientes de que el nuevo presidente reclamará un mayor esfuerzo internacional en el país árabe, afirman que España estaría dispuesta a hacerlo, pero si se avanza hacia sus peticiones.

Estas fuentes aseguran que una de las posibilidades que están sobre la mesa del Ejecutivo socialista es el envío de un batallón (formado por unos 500 militares) para reforzar la seguridad de cara a las elecciones previstas para el próximo verano, y que parte del despliegue se quede sobre el terreno. No obstante, y sobre todo después del atentado del domingo, el Ejecutivo se mostró ayer reacio a admitir esta posibilidad. El número dos del PSOE, José Blanco, aseguró que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le había comunicado que no hay "ninguna previsión" de incrementar las tropas en el país, aunque hace unos días el dirigente socialista canario Juan Fernando López Aguilar admitió la disposición a "dialogar con EEUU para incrementar el esfuerzo" en Afganistán.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, por su parte, también negó un aumento de tropas españolas en suelo afgano y aseguró que el debate debe girar en torno "a cómo llevar a cabo una estrategia de desarrollo político-militar que ponga fin a la situación de inestabilidad".

El ministro de Defensa francés, Hervé Morin, y el responsable de política exterior de la UE, Javier Solana, también apostaron por una reorientación. El primero se mostró partidario de implicar a Pakistán, mientras que el segundo explicó que hay que encontrar "una forma de gobierno adaptada a la realidad del país", de forma que Afganistán "inicie un proceso de reconciliación nacional". Para Solana, se ha pecado de "etnocentrismo" al intentar aplicar estructuras del modelo democrático occidental a Afganistán, que "tiene una estructura feudal".

DISPOSICION DEL PP Mientras tanto, en España, el PP se mostró ayer dispuesto a apoyar un aumento de tropas, pero reclamó que el Ejecutivo reconozca que España está en guerra con Afganistán. En esta línea, fuentes próximas al contingente español criticaron la estrategia del Gobierno: "Restar importancia a la intervención y no llamar a las cosas por su nombre no es una estrategia de comunicación sostenible a largo plazo; cada vez que pase algo así (y seguirá pasando) tendrán más dificultades en explicar las cosas", informa Marc Marginedas.