Pese a la buena voluntad expresada por José Luis Rodríguez Zapatero para aprobar la Constitución europea, el Gobierno defenderá "con firmeza" que las iniciativas en la UE necesiten para su aprobación el 66,6% de la población comunitaria, frente al 60% que plantea el proyecto constitucional. Un portavoz de la Moncloa afirmó ayer que el Ejecutivo asume su posición como una "línea roja" sobre la que no hará concesiones. Pero dejó un pequeño margen para la negociación al afirmar que una mayoría del 65% "tampoco estaría mal" para España.

Según un portavoz de la Moncloa, Zapatero abordó este tema con el presidente de Francia, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, en los encuentros que mantuvieron hace dos semanas en París y Berlín, respectivamente.

"España ha movido ficha y ha hecho la mitad del recorrido. Ahora esperamos que Francia y Alemania recorran la otra mitad", dijo el portavoz. Ambos países estarían abiertos a elevar la mayoría al 62% de la población. Zapatero tratará hoy este tema en Roma con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y mañana lo hará con el presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern.

España quiere que el componente demográfico para aprobar una medida suba al 66,6%, pues eso situaría la minoría de bloqueo en el 34%. España, con el 8,79% de la población de la UE de 25, podría frenar una medida aliándose con dos grandes.

EL FUTURO DE SOLANA Por otro lado, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, el español Javier Solana, pretende ser el próximo ministro de Asuntos Exteriores de la UE, una vez que concluya su actual mandato el próximo mes de octubre, según informó ayer el diario francés Le Monde que citaba fuentes próximas al presidente del Gobierno español.