España ha decidido facilitar el regreso de los ecuatorianos a su país o como mínimo mejorar las condiciones de vida de los familiares que estos inmigrantes han dejado a miles de kilómetros. Así se lo comunicó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, al presidente de Ecuador, Rafael Correa, en la entrevista que ambos mantuvieron ayer en Quito.

La propuesta del Gobierno español consiste en la creación de una red entre ambos países, una especie de ventanilla única, aunque de momento únicamente es una idea, puesto que no se ha concretado a qué trámites burocráticos afectaría.

ACUERDO PIONERO Se trataría de una experiencia pionera, porque este tipo de acuerdo no existe con ningún otro país, aunque queda lejos de las peticiones que ha ido reiterando el Gobierno ecuatoriano. El Ejecutivo de Correa ha reclamado al de José Luis Rodríguez Zapatero que lleve a cabo una nueva regularización extraordinaria. El Gobierno español está dispuesto a estudiar cómo los familiares que reciben el dinero de los inmigrantes ecuatorianos pueden sacar un mayor rendimiento a estas remesas, por ejemplo facilitando la creación de nuevos negocios. El 40% de los 3.000 millones de dólares que los emigrantes ecuatorianos envían a su país proceden de España.

Cuando hace un mes Correa visitó España, aprovechó para pedir una nueva regularización extraordinaria y mayores facilidades para el reagrupamiento familiar. Ya entonces se encontró con la negativa de Rodríguez Zapatero, y ahora en Ecuador, De la Vega ha dejado claro que el Gobierno no está dispuesto a ceder. No habrá nueva regularización y las condiciones de reagrupamiento son las mismas que para el resto de inmigrantes.

Deben demostrar que llevan un año trabajando en nuestro país, que tienen asegurado un contrato como mínimo para otro año, y que su situación económica les permite mantener a los familiares que pretendan traer a España.

El medio millón de ecuatorianos que residen en nuestro país convierte a esta comunidad en la más numerosa de Latinoamérica, y la segunda de todo el mundo, situándose después de la marroquí.