España pone hoy fin a su presidencia semestral del Consejo de la UE, mandato que no volverá a ejercer hasta después de 2020, cuando se establecerá un nuevo calendario de rotaciones entre los socios europeos. Es la cuarta ocasión en la que España preside los distintos Consejos de Ministros comunitarios desde su adhesión a la comunidad europea, tras las presidencias de 1989, 1995 y 2002.

Después de España, el turno le corresponde a Bélgica y a continuación, por semestres, a Hungría y Polonia (2011); Dinamarca y Chipre (2012); Irlanda y Lituania (2013); Grecia e Italia (2014); Letonia y Luxemburgo (2015); Holanda y Eslovaquia (2016); Malta y Reino Unido (2017); Estonia y Bulgaria (2018); Austria y Rumanía (2019) y Finlandia (primera mitad de 2020). Antes de completar la ronda, el Consejo Europeo acordará un nuevo calendario con los socios que entren en la UE en los próximos años, a lo que aspiran países como Croacia, Islandia o Turquía.

En caso de que se decidiese mantener el orden hoy vigente y no se colocasen por delante a futuros estados miembros, a España le tocaría volver a presidir la UE en el primer semestre de 2024. La actual rotación, que se empezó a aplicar en 2007, se acordó tres años antes para acompasarlo con las nuevas reglas que fijaba la Constitución Europea que se estaba tramitando entonces y que acabó convertida en el hoy vigente Tratado de Lisboa. Se incluyeron ya entonces a Bulgaria y Rumanía, los dos últimos países en incorporarse a la UE.

Hasta 1995, el criterio para fijar el orden era el alfabético -de acuerdo con el nombre de cada estado en su lengua original-, pero luego se optó por un sistema de alternancia entre países 'grandes' y 'pequeños'. El turno actual mantiene esta filosofía, mezclando a los países con más tiempo de pertenencia en la UE con los doce que se incorporaron a partir de 2004.

Este esquema también responde a que el Tratado de Lisboa establece los llamados tríos de presidencia, que pretenden dar continuidad durante un año y medio a los proyectos acordados entre esos tres estados. España forma equipo con Bélgica y Hungría, con los que mantendrá reuniones periódicas para coordinar sus programas de trabajo.