Los buenos resultados que ha dado la colaboración con Malí y Senegal en la lucha contra la inmigración ilegal han empujado al Gobierno español a intentar dar un paso más en la cooperación con estos países en materia de seguridad internacional.

En un gesto inaudito hasta hace pocos años, cuando la región del Africa subsahariana no existía en el mapa de la diplomacia española, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha ofrecido al Gobierno de Malí la posibilidad de que España les ayude a crear unos servicios de información policiales, básicos para la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. Fuentes de Interior explicaron que esta medida va más allá de la simple formación de agentes, pues está pensada para que expertos policiales españoles colaboren en la construcción de ese cuerpo policial, que actualmente no existe en ese país.

En concreto, España aportaría financiación para la creación de esos servicios, dado que "Malí no dispone de ellos esencialmente por falta de recursos económicos", según reconoció el propio Rubalcaba durante su visita de la semana pasada a Bamako, la capital de este país africano, el tercero más pobre del planeta. El ministro apostó, asimismo, por la creación de mecanismos de intercambio de información entre las policías española y maliense.

Además de ese estratégico ofrecimiento, el titular español de Interior aseguró al Gobierno de Malí que la diplomacia española está dispuesta a emprender una campaña ante la Unión Europea para que se comprometa en la ayuda con medios económicos al país africano, con el objetivo de poder mejorar su capacidad de lucha contra la red terrorista de Al Qaeda.

FUENTE PRIVILEGIADA Si el Gobierno de Bamako acepta finalmente que la policía española constituya los servicios de información policiales de Malí, el Ejecutivo español pasará a disponer de una fuente privilegiada de información en una de las zonas más sensibles del planeta en lo que a seguridad internacional se refiere. En realidad, la colaboración con Malí resulta clave porque este país africano ha sido el lugar elegido por Al Qaeda en el Magreb para instalar campos móviles de entrenamiento.