El Ejecutivo no solo eliminará el límite de 3.000 soldados en el exterior aprobado en el 2005, sino que podrá apoyar sus crecientes compromisos internacionales con más del doble de soldados. La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer que pedirá al Consejo de Ministros que no renueve el tope con el fin de que, a partir de enero, no haya cortapisas y el Ejecutivo pueda desplegar en las misiones de paz todos los efectivos que considere necesarios y aprueben las Cortes con el único umbral máximo de la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas, cifrada en unos 7.700 militares.

Chacón ha reiterado desde que tomó posesión que el tope de 3.000 --que algunos mandos militares no veían con buenos ojos porque opinaban que constreñía su trabajo-- está "obsoleto" puesto que la ley de defensa exige que sea el Parlamento el que fije el límite de cada misión.

Por tanto, a partir de enero, según explicó la ministra en la Comisión de Defensa del Congreso, "el número de soldados estará limitado solamente por la legalidad internacional, la voluntad de los españoles y la capacidad de las Fuerzas Armadas". "Serán 1.000, 3.000 o 7.700 militares; eso lo decidirá la sociedad a través de sus representantes en el Parlamento", añadió.

El Ejecutivo siempre ha mantenido que el límite estaba ajustado al tamaño del Ejército. La ministra justificó que ahora pueda desplegar 7.700 militares, teniendo en cuenta las rotaciones, gracias a la "ampliación y modernización" de las Fuerzas Armadas. Esta capacidad permitirá participar en dos escenarios importantes y otros cuatro de menor exigencia, y colocará a España "en el distinguido grupo de países que alcanzan un 10% de capacidad de empleo de su fuerza operativa". En estos momentos hay tropas en Líbano, Afganistán, Chad, Somalia, Kosovo y Bosnia, presencia que tendrá un coste de 668 millones de euros, un 4% más que en el 2007.

La mayor parte de los grupos apoyaron la decisión. Solo IU criticó que el Ejecutivo haya decidido pasar de "la modestia a la megalomanía" en su compromisos internacionales. Como Chacón explicó que España se retirará de Chad y es previsible que terminen las misiones de Bosnia y Kosovo, Gaspar Llamazares expresó su temor a que la nueva situación implique un incremento de tropas en Afganistán, misión que rechaza por su "irakización ".

LA AUTORIZACION Todos los partidos exigieron al Ejecutivo más información para tomar decisiones que afecten a la seguridad de los militares. Chacón se mostró receptiva. El PP le pidió, además, que solicite una nueva autorización para mantener las tropas en Kosovo, país cuya independencia España no reconoce, o bien ordene su repliegue.

Por otra parte, CiU exigió ayer una explicación a Chacón sobre la información publicada en este diario que asegura que España ha desplegado soldados en el distrito afgano de Bala Murghab, donde apenas pueden moverse por el acoso de los talibanes. La ministra reconoció que el mando de la OTAN (ISAF) decidió abrir un puesto en la zona para mejorar la seguridad de las patrullas y justificó que España no haya informado porque es la ISAF la encargada de ofrecer los datos operativos.