El próximo verano está previsto que se celebren en Afganistán las segundas elecciones presidenciales desde la caída del régimen talibán, una nueva oportunidad en el camino hacia la estabilidad del país pero previsiblemente también un nuevo y virulento foco de violencia. En las dos últimas campañas se multiplicaron los atentados hasta tal punto que murieron algunos candidatos y otros se vieron obligados a retirarse. Ante este panorama y las reiteradas peticiones de EEUU para que se incremente el esfuerzo de los países con tropas en el país, Defensa baraja, en el seno de la OTAN, enviar un contingente para reforzar la seguridad durante el periodo crítico, según fuentes militares.

El Ejecutivo se había negado reiteradamente a aumentar el despliegue, pese a las peticiones de la Administración Bush pero también de la cúpula militar, capitaneada por el exjefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán. Eso sí, tanto José Bono como José Antonio Alonso estuvieron dispuestos a enviar un contingente de refuerzo tanto en las primeras elecciones presidenciales --en otoño del 2004 un batallón de 500 soldados estuvo dos meses en Mazar-i- Sharif, al norte del país--, como en las legislativas --de agosto a octubre del 2005 otro batallón se desplegó en Herat, al oeste.

Las fuentes consultadas sostienen que el despliegue que baraja Carme Chacón sería similar. Aunque, como novedad, Defensa estudia que una parte del despliegue, 100 militares, se quede definitivamente en la zona, dado que las condiciones de seguridad no solo no han mejorado, sino que la violencia se ha extendido a zonas en teoría seguras y continúa de forma cruenta siete años después de que los talibanes tuvieran que replegarse.

SIN PETICION OFICIAL Aún así, fuentes del ministerio señalan que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de Afganistán (ISAF) todavía no ha realizado una petición oficial sobre el aumento de los efectivos, pero admiten que cuando lo haga, "Defensa lo estudiará". No obstante, para el envío del contigente es necesario que el Ejecutivo levante el límite de 3.000 soldados fijado como tope para el conjunto de las misiones. Desde el PP, Gustavo de Arístegui, defendió ayer que España retire tropas de Kosovo, en coherencia con el rechazo a su independencia, y las desplace a Afganistán.

Sin embargo, es más probable que Defensa se incline por eliminar la limitación. De hecho Carme Chacón reconoció, en una entrevista a El País , que dicho tope "puede estar obsoleto". Por tanto, si lo elimina, tendría las manos libres para enviar el contingente en la etapa electoral prevista para agosto aunque, como ha sucedido en el pasado, se podría retrasar. Sin embargo, para que parte de estos militares pasen a engrosar definitivamente la misión, también es necesario que se aumente el límite fijado para la misma.

No obstante, España puede que cuente en unos meses con un apoyo extra, dado que Colombia quiere participar en la ISAF y, según fuentes militares, lo más probable es que lo haga con el contingente español, siguiendo el modelo acordado con El Salvador. 52 militares salvadoreños se incorporaron recientemente al despliegue en el Líbano y España paga su manutención.

QUINQUENIO NEGRO Al aumentar las tropas en Afganistán, José Luis Rodríguez Zapatero se aproximaría a EEUU después del quinquenio negro de cohabitación con George Bush tras la retirada española de Irak. La administración estadounidense lleva años exigiendo a los integrantes de la ISAF que aumenten su esfuerzo. Y el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barak Obama, no se ha distanciado en este aspecto de la política republicana dado que en su reciente visita a Afganistán solicitó ayuda para ganar la guerra a los talibanes. Por tanto, gane Obama o John McCain, el aumento de tropas allanaría el camino para una nueva etapa de relaciones.