Apesar de la que está cayendo, el Gobierno sacó ayer pecho y, por boca de su vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, reivindicó el papel de mediador en el conflicto entre Marruecos y los saharauis. Es más, el titular del Interior aseguró que, para poder fortalecer esa posición a la que no renuncia España, se deben mantener fuertes las relaciones con Marruecos y con el Frente Polisario. Y aprovechó para dar un codazo al Partido Popular, al que recordó que, cuando gobernaba, ni se llevaba bien con Marruecos (ahora tampoco), ni con el Frente Polisario, a pesar de las fotografías de los últimos días de los dirigentes populares abrazándose efusivamente con activistas saharauis en las manifestaciones de protesta.

Rubalcaba compareció en el palacio de la Moncloa tras el Consejo de Ministros y tuvo que responder a las preguntas sobre la tibia postura del Gobierno ante el desalojo del campamento de El Aaiún. Como ya hizo en días anteriores (y más aún tras su encuentro con el ministro de Interior marroquí, Taib Cherkaui), Rubalcaba defendió su postura de limitarse a denunciar el asalto, pero no a condenar el papel de Marruecos.

SIN BAJAR DEL AVION Y quiso en esta comparecencia Rubalcaba presumir de las gestiones del Gobierno en el acceso de periodistas a El Aaiún. No sabía a esas horas el vicepresidente que los cuatro periodistas de los dos únicos medios seleccionados por Rabat para entrar en El Aaiún, El País y El Mundo, ni siquiera pudieron descender del avión en el aeropuerto y que, tal como habían llegado, habían tenido que regresar en la misma aeronave a Las Palmas.

Tras unos primeros momentos de confusión en los que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos reiteró que "ningún periodista" entraría en El Aaiún, Rabat comunicó a última hora de la tarde a los dos redactores y dos fotógrafos que hoy sábado sí podrán acceder vía Casablanca. Y alegaron que había habido un problema en la documentación, aunque los españoles no necesitan visado para entrar en Marruecos.

En cualquier caso, el Ejecutivo también restó importancia a este contratiempo y se comentó que los cuatro informadores "se habían precipitado" al tomar el avión, porque las autoridades de Rabat estaban preparando los mismos trámites que, con anterioridad, se les había exigido a los dos únicos diarios franceses a los que también se ha permitido entrar, Le Monde y Le Figaro.

Pero antes de que todo esto se supiera, Rubalcaba quiso poner de relevancia el gesto de Rabat. "Es un primer paso", dijo. Para añadir que el Gobierno está "trabajando" para que en un futuro cercano el resto de periodistas puedan viajar también.

VETO A CORRESPONSALES En su selección de medios de comunicación, Rabat ha vetado que sean los corresponsales acreditados en la capital marroquí los que viajen al Sáhara. Así, tanto El Mundo como El País han tenido que recurrir a redactores de Madrid, porque sus corresponsales en el país vecino tampoco pueden ir a El Aaiún.

Rubalcaba no se refirió durante su comparecencia a la rueda de prensa que horas antes ofreció en Madrid el delegado del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyun. Este aseguró que su organización dispone de "armas, hombres y voluntad suficientes" para ir a una guerra que el pueblo saharaui reclama masivamente, y todo por "el silencio, la complicidad y la indiferencia" de la comunidad internacional.

Contundente y duro, Beyun repitió en Madrid sus argumentos de los últimos días, pero incrementó el tono de crítica hacia el Gobierno de España. Para Beyun, el Frente Polisario, "más que tocar tambores de guerra", quiere proclamar que el derecho a la autodeterminación es la única salida pacífica posible al conflicto del Sáhara Occidental.

Sin ambages, definió la actuación del Gobierno de Marruecos en el campamento como "limpieza étnica" y advirtió de que esa actitud obligará al Frente Polisario a recurrir a la lucha armada. "Hay un reclamo masivo", dijo el portavoz. Tras recordar que la justicia internacional ha reconocido siempre el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, Beyun destacó

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