El juicio por el presunto espionaje del Cesid (servicio secreto español, hoy Centro Nacional de Inteligencia, CNI) en la sede de Herri Batasuna (HB) en Vitoria quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia de Alava. Las cuatro jornadas durante las que se prolongó la vista oral permitieron confirmar que los teléfonos de la coalición aberzale fueron pinchados, aunque las defensas de los seis acusados esgrimieron la "inexistencia" de delito alguno por falta de pruebas.

El fiscal mantuvo su acusación contra dos agentes del Cesid y aunque consideró "imposible" que los directores generales desconocieran las escuchas, no pidió su imputación. Las acusaciones particulares recordaron que fue el propio ministro de Defensa, Eduardo Serra, quien reconoció en el Congreso la autoría del Cesid en el espionaje a HB.

Un técnico de la compañía telefónica confirmó que el 31 de marzo de 1998 se descubrió que todas las líneas telefónicas de la sede de HB en la calle de Ramiro de Maeztu de Vitoria estaban pinchadas.

HUELLAS EN LA CASA

Los cables conducían hasta el piso situado sobre las oficinas. En él se localizaron aparatos de escucha, así como una caja fuerte en la que se guardaban grabadoras, material informático y munición del calibre 7,65. Los cables y el material de grabación no tenían huellas, aunque por el resto de la casa se hallaron las de Mario Cantero, agente del Cesid.

Cantero fue reconocido por la hoy concejala de Batasuna Eva González como uno de los dos sujetos que huyeron con una bolsa de deporte del piso situado sobre la sede de HB antes de que la juez lo registrara. Los "claros indicios" de la participación de este agente en el espionaje fueron contrarrestados por su defensa al insistir en que no se ha aportado "una sola prueba" de que interceptara las comunicaciones.

Tampoco quedaban huellas del otro acusado de las escuchas, Francisco Buján. El rastro dejado por este agente de la Guardia Civil fue un horno microondas localizado en el piso del que huyó Cantero y que el propio Buján reconoció como parte del lote que le tocó tras separarse de su esposa.

INVESTIGACION DE ´EGIN´

Los abogados defensores denunciaron: "Este sumario se ha instruido a golpe de investigación de Egin (diario afín a Herri Batasuna clausurado por el magistrado Baltasar Garzón). Los letrados de la acusación aportaban las informaciones del diario y luego se decidían las diligencias".

El periodista Pepe Rei, que fue responsable del equipo de investigación del diario Egin , no ha declarado por encontrarse enfermo, pero su trabajo fue refutado ayer por las cinco defensas, que llegaron incluso a invocar la "ilicitud" de pruebas. También se quejaron de que la juez de instrucción "ignorara" que el objeto de su investigación era una "materia clasificada" que exigía respetar normas que no tuvo en cuenta.

REPRIMENDA AL FISCAL

El fiscal jefe de Alava, Alfonso Aya, se llevó una seria reprimenda de los abogados defensores, que se confesaron "perplejos" de que el ministerio público lamentara las trabas de la investigación y le recordaron que el Fiscal General del Estado no recurrió la decisión del Consejo de Ministros al declarar "secreto" el caso.

También le reprocharon que considerara "lógico" suponer que los exdirectores del Cesid Emilio Alonso Manglano y Javier Calderón conocieron la existencia de escuchas. Aya enfatizó que se debe luchar contra el terrorismo, pero sólo "con el derecho y la ley".

La acusación particular mantuvo sus peticiones de cárcel para todos los encausados. La nota hilarante la puso el agente Buján, quien, ante unos problemas técnicos que dificultaban la escucha de la declaración de unos testigos protegidos, espetó: "Será el cable coaxial".