La hipótesis de elecciones catalanas en otoño ya no tiene quien la discuta. Hasta Josep Lluís Carod-Rovira, líder de ERC, abonó ayer la idea de llamar a los catalanes a las urnas después del referendo del Estatuto del 18 de junio. La incógnita es si la salida de ERC del tripartito será a la brava o pactada. ERC avisó a Pasqual Maragall de las consecuencias que, cara al futuro, tendrá una ruptura no consensuada.

Solo un día después de que trascendiera que el president y el PSC han pactado echar a los republicanos del tripartito y convocar elecciones tras el verano, los republicanos quisieron poner los puntos sobre las íes. El líder de ERC reiteró que "los consellers republicanos no abandonarán" el tripartito porque, argumentó, "Esquerra no se siente incómoda en este Gobierno". Pero admitió que el no al Estatuto "pone en riesgo la posibilidad de mantener los cargos" en el Ejecutivo. Un reconocimiento que apunta que la ruptura puede ser pactada, aunque Carod avisó al PSC que "sean conscientes de lo que hacen", porque expulsar a ERC no solo refuerza las opciones del no en el referendo, sino que la próxima legislatura tendrán problemas para justificar un pacto de gobierno con ellos.

En un tono desafiante, Carod vaticinó que las elecciones "volverán a dejar en manos de ERC el futuro inmediato de este país". Su portavoz parlamentario, Joan Ridao, advirtió que una ruptura traumática "abortaría" cualquier intento de reeditar, tras las elecciones, el tripartito.

ABSTENCION EN EL SENADO Carod se mostró de acuerdo con convocar elecciones tras el 18-J. "Será el momento más adecuado para decir que, quizá, lo mejor que nos puede pasar es que esto ya lo gestione un nuevo equipo", reflexionó. La cuenta atrás del referendo del 18-J se iniciará hoy, cuando el Senado apruebe el Estatuto. Carod-Rovira garantizó ayer que los cuatro senadores republicanos se abstendrán en la votación, lo que asegura que el proyecto salga adelante a pesar del no del PP.