Tarde del 12 de octubre. José Luis Rodríguez Zapatero está en la Moncloa. Pide que lo comuniquen con su asesor económico, Miguel Sebastián. "Miguel --le suelta-- creo que podrías ser un gran candidato para Madrid". Lo dice sin mucha convicción, pues, aunque ha recibido señales de la buena disposición de su asesor, el ofrecimiento no es un regalo. La respuesta es instantánea: "Gracias, presidente. Me apetece ser el candidato".

Zapatero informa al líder del Partido Socialista de Madrid, Rafael Simancas. Pero la operación solo se cerró la tarde del martes pasado, en el avión que trasladaba al presidente a Madrid desde Barcelona. Lo acompañaba Sebastián. "Está decidido. Te vamos a proponer como candidato", le dijo Zapatero.