ETA hizo ayer acto de presencia en la campaña electoral y lo hizo con una nueva trampa contra la Ertzaintza, pero volvió a fallar. Si hace tres meses un detonador defectuoso evitó una masacre, en esta ocasión las precauciones adoptadas por los artificieros de la policía vasca fueron claves para que no se registraran daños personales. El robot empleado en la neutralización resultó seriamente afectado, ya que la carga explosionó nada más tocar la caja de cartón que contenía el artefacto.

Un comunicante que dijo hablar en nombre de ETA anunció sobre las nueve de la mañana que una bomba haría explosión una hora después en un repetidor de televisión del monte Arnotegi, cerca de Bilbao. Sin embargo, los especialistas de la unidad de desactivación de explosivos comprobaron que el paquete seguía sin detonar al mediodía.

Los artificieros optaron entonces por enviar un robot teledirigido, que se acercó a la ventana donde se encontraba la caja. Nada más tocarla, el artefacto explosionó, lo que hace pensar a los responsables de la investigación que contaba con un sistema antimovimiento. La bomba podría contener entre tres y cuatro kilos de explosivos.

MAYOR SEGURIDAD Los efectivos de la Ertzaintza adoptaron ayer las máximas medidas de seguridad, sobre todo tras la trampa que los terroristas prepararon el pasado 11 de noviembre en el palacio de Justicia de Getxo (Vizcaya). Entonces, colocaron un artefacto dentro de una mochila depositada de forma visible en la puerta del edificio, mientras ocultaban una segunda bomba con metralla en una papelera situada enfrente. Su propósito era atraer a los artificieros de la policía autonómica al señuelo y explosionar entonces la carga oculta, aunque afortunadamente el mecanismo de esta falló.

Este atentado se produjo apenas cuarenta y ocho horas después de que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciara la puesta de las fuerzas de seguridad en situación de máxima alerta antiterrorista ante el temor de que ETA intentara llevar a cabo algún asesinato antes de las elecciones.

Rubalcaba advirtió ayer a los terroristas de que "saben que serán detenidos y que acabarán ante la justicia". Tras condenar la acción, se felicitó por la "profesionalidad e inteligencia" de la Ertzaintza para eludir esta "siniestra trampa de ETA". Sin embargo, el responsable del Interior volvió a insistir en el riesgo de que la banda vuelva a intentarlo porque, "después de los sucesivos fracasos", los terroristas "tienen excitados sus instintos".

Este atentado es el segundo en lo que va de año después de que el pasado día 7 estallara un artefacto en los juzgados de Bergara (Guipúzcoa), causando importantes daños materiales. Además, el pasado 31 de enero se frustró otro atentado en Getxo (Vizcaya) al ser localizado un barril de cerveza con una bomba de carga hueca en su interior.

La acción de ayer confirma que la estructura de ETA en Vizcaya es la que más actividad terrorista ha desarrollado desde que la organización rompiera el alto el fuego con la explosión de un coche bomba en el aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre del 2006.