Mariano Rajoy ya no oye ruido de sables dentro de su partido. La victoria en las elecciones europeas del domingo le ha llegado en forma de bálsamo. Ayer confesó que está más tranquilo, "infinitamente mejor que hace un año". Esto es, el tiempo que ha pasado desde el convulso congreso que los populares celebraron en Valencia.

El líder del PP afirmó que "no siente puñaladas" desde aquel 20 de junio del 2008 en que fue reelegido. De hecho, en una entrevista en Onda Cero, Rajoy reveló que la última puñalada por la espalda la sintió en los momentos previos a ese cónclave, cuando algunos dirigentes del partido le plantaron y abandonaron sus cargos.

Por eso, sin complejos, aseguró que el pasado domingo venció todo el Partido Popular. "Ha ganado el PP en el que convive mucha gente que coincide en lo fundamental, el PP en el que está Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja", sostuvo. Y añadió que hoy el partido está unido, "a pesar de que se puedan tener planteamientos diferentes en cuestiones técnicas o de estrategia", que no concretó.

Esa es la tranquilidad que exhibe Rajoy en los últimos días, dejando atrás la crispación que azuzó en la legislatura anterior. En la sesión de control de ayer en el Congreso de los Diputados, el presidente del PP optó por seguir hablando de la crisis económica, mientras que la afilada pregunta sobre el resultado de las elecciones europeas se la pasó a su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría.

Flirtear con una moción de censura para presionar al Gobierno sabiendo que ni José Luis Rodríguez Zapatero ni él tienen apoyos parlamentarios obliga a Rajoy a ser moderado y olvidar tiempos pasados. "La gente tiene derecho a equivocarse y a rectificar", aseveró.

PROBLEMAS SUPERADOS "Por fortuna, algunas cosas que han pasado ya están muy superadas", enfatizó antes de pronunciar una frase lacónica abierta a interpretaciones: "Es mucho más fácil perdonar que olvidar".

"El debate sobre el liderazgo se cerró en Valencia", remachó un líder "muy sereno, muy tranquilo y con muchas ganas de dar una batalla por los intereses de España". Es la misma batalla, pero con otra imagen.