Han pasado tantas cosas estos días (el cese del jefe de los espías, el caso Camps y el pacto sobre financiación) que no he analizado el aval del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a la ilegalización de Batasuna. Merece un apunte. Ha sido una clara derrota para los que decían que prohibir a Batasuna era inconstitucional y que el pacto antiterrorista Aznar-Zapatero que lo permitió (tan poco correspondido luego por el PP) fue un grave error. Pero tampoco es el triunfo de los que creen que la solución es prohibir siempre todo lo que huele a izquierda aberzale.

En los segundos 60, un abogado de Esquerra Republicana, que fue director general de prisiones de la Generalitat republicana y próximo a Heribert Barrera, me repitió una frase que creía clave: "En caso de necesidad, el Gobierno tiene las atribuciones para pasarse por los cojones todas las leyes del país". Cuando Estrasburgo habla de "necesidad social imperiosa", me recuerda a Josep Maria Imbert. España estaba obligada, en medio de una sangrienta ofensiva terrorista, a impedir que ETA utilizara a Batasuna para disponer de locales, dinero y mano de obra con los que asesinar a sus enemigos y violar el derecho fundamental: la vida. La ilegalización ha ayudado a salvar vidas.

Pero prohibir Batasuna también puede facilitar el control de ETA sobre la izquierda aberzale. ¿Otegi legal tendría más fuerza ante ETA? ¿Menos? ¿Otegi siempre obedecerá a ETA? ¿Como Yoyes? No lo sé. Tenemos a Batasuna y a las segundas marcas ilegalizadas, y ETA sigue. Está más débil, sí. ¿Por la ley de partidos? ¿Por la colaboración internacional tras el 11-M? Por las dos cosas. Pero no podemos ilegalizar todo. Un cualificado analista del Constitucional apunta que la decisión del tribunal para que Iniciativa Internacionalista pudiera presentarse a las europeas, que tanto escandalizó, se tomó tras una visita a Madrid del presidente del Tribunal de Estrasburgo.

Detener comandos es la forma de derrotar a ETA. La ley de partidos se debe usar con inteligencia, no con celo inquisitorial, porque el problema sobrepasa al que pone la bomba. Unos 97.000 vascos votaron en blanco en las últimas autonómicas, porque lo recomendó Batasuna. ¿Por qué en las europeas la lista de Sastre ha tenido en Euskadi 116.827 votos, el 16%, solo 230 menos que el PP? ¿Puede ser normal Euskadi con una tendencia política de la misma fuerza que el PP prohibida?

Las respuestas no son fáciles. Aunque el fallo debería incitar a la izquierda aberzale a condenar la violencia. Como hizo Aralar. Además, una sentencia europea contraria habría puesto patas arriba a la democracia española. Estrasburgo ha aceptado nuestra "necesidad social imperiosa". Mejor. Pero no es la solución.