La banda terrorista ETA inició ayer su particular y siniestra campaña de verano con cuatro bombas de escasa potencia en las localidades cántabras de Laredo y Noja. La detonación de los artefactos, que podrían ser obra del activo comando Vizcaya , causó un gran impacto social en ambos municipios, donde miles de vascos tienen su residencia estival, pero solo una mujer resultó herida por el impacto de una piedra, y su nieta, embarazada, sufrió una crisis nerviosa.

La reaparición de la banda tras 15 días de silencio se produjo a las diez y veinte de la mañana, cuando en el parque de bomberos de Vizcaya, con sede en el municipio de Trápaga, la voz distorsionada de una mujer anunciaba en nombre de ETA que cuatro bombas estallarían entre las doce del mediodía y las tres de la tarde en las playas de Laredo y Noja, así como en el campo de golf de este último municipio. Los puntos turísticos son el objetivo de los terroristas cada verano, pero la jornada lluviosa facilitó las tareas de desalojo de los lugares afectados que, al mediodía, estaban completamente acordonados. Las inspecciones de los especialistas no permitieron neutralizar las bombas.

CRONOLOGIA La primera explosión tuvo lugar a las doce y cuarto en la playa de Laredo, en una duna separada del paseo marítimo por una barandilla. La detonación se escuchó en todo el municipio y la columna de un intenso humo marrón se hizo visible pese a la lluvia, aunque la onda expansiva ni siquiera afectó a las viviendas situadas en el paseo. Apenas media hora después, otro artefacto estallaba junto al puesto de atención de los socorristas en la playa de Ris, en Noja. El tercero de los artefactos estalló de nuevo en la playa de Laredo. Se encontraba localizado a unos 300 metros del primero y también junto al puesto de los socorristas de la Cruz Roja, que quedó destrozado.

Finalmente, a las tres menos diez de la tarde, se produjo la cuarta deflagración, más potente que las anteriores, que hizo estallar el muro situado al lado del hoyo número 8 del campo de golf de Noja.

Aunque toda la zona estaba desalojada, una de las piedras que salió despedida por la onda expansiva llegó hasta la terraza de una vivienda e impactó en la espalda de una mujer, que fue trasladada al hospital de Laredo. Su nieta, embarazada, sufrió un episodio de ansiedad.

Se da por seguro que los explosivos fueron colocados durante la madrugada y, posiblemente, por el renovado grupo de activistas de Vizcaya. De hecho, a este comando se le atribuyen los últimos atentados de ETA. Los más recientes tuvieron lugar contra la sede del diario El Correo , en el municipio vizcaíno de Zamudio, el pasado 14 de junio y contra un repetidor de televisión en la localidad alavesa de Arrazua, el 4 de julio. La violencia callejera también se hizo notar durante la madrugada de ayer con el ataque a una sucursal bancaria en Getxo (Vizcaya).

CENSURA A IBARRETXE La condena fue unánime por parte de todos los partidos, pero el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, aprovechó la ocasión para decir que las bombas deben de servir como "toque de atención" al PNV y al lendakari, a fin de que den marcha atrás en su pretensión de convocar un "referendo ilegal" y centren sus esfuerzos en la lucha contra ETA.

El Gobierno vasco difundió una nota oficial de repudio a la violencia para advertir a ETA de que la sociedad vasca no le permitirá decidir su futuro político. Por su parte, el PNV acusó a la banda de usar la violencia para que nadie cambie.