Poco a poco, con cuentagotas, ETA y su entorno político van dando pasos destinados a despejar el camino para encarar una eventual negociación con el Gobierno con el horizonte del abandono de las armas y la integración de la izquierda aberzale en la normalidad democrática. Otra cosa es que el Ejecutivo y los partidos den crédito a esos mensajes, cosa que por ahora no sucede. La banda terrorista lanzó ayer una nueva señal y, en el extracto de una entrevista que hoy publicará íntegra el diario Gara , mostró su "disposición" para declarar "un alto el fuego permanente y verificable y también para ir más lejos si se crean las condiciones para ello".

La entrevista con dos miembros de ETA fue difundida poco después de que diversas fuerzas políticas, sociales y sindicales del ámbito de la izquierda aberzale --entre ellas, la ilegalizada Batasuna-- presentaran un manifiesto en el que, además de pedir a la banda un alto el fuego "permanente, unilateral y verificable" como anticipo del final "definitivo" de la violencia, se asumía, por primera vez por escrito, que la negociación de cualquier acuerdo político sobre el futuro de Euskadi será "patrimonio exclusivo" de las fuerzas políticas. Es decir, sin ETA.

El pronunciamiento de la banda terrorista adquirió así un carácter de respuesta a las demandas de la izquierda aberzale, aunque Gara insistió en precisar que la entrevista había tenido lugar antes de que se conociera el contenido del documento presentado ayer en Gernika (Vizcaya). Los terroristas aseguran que se han impuesto el objetivo de lograr "la resolución democrática del conflicto político y cerrar para siempre la herida. Y eso --añaden-- nos exige actuar con responsabilidad a todos". También demandan un "escenario básico" para que ese proceso sea viable y que pasa, según apuntan, por garantizar "que todos los agentes puedan actuar en igualdad de condiciones, que se establezcan los derechos civiles y políticos y que se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia".

DEMANDAS También el documento presentado ayer en Gernika, suscrito, además de por Batasuna, por fuerzas de solvente trayectoria en la democracia institucional como EA y Aralar, se combina la petición a ETA para que encare su "definitivo" abandono de las armas con todo un rosario de demandas al Gobierno español a fin de "configurar un escenario de no violencia con garantías" y de normalización política "progresiva".

La novedad más relevante es esa aceptación explícita de que, en la práctica, ETA no tendría papel alguno que jugar en el futuro y que su papel quedaría relegado al de afrontar el desarme y la situación de sus presos. Así se modificaría el esquema de "solución" mantenido hasta ahora y que ha otorgado a la organización terrorista un gran protagonismo político en los diversos y fracasados procesos de paz.

Se trata de un paso de cierto calibre en la vida interna de la izquierda aberzale. No obstante, un grupo de jóvenes radicales que a última hora del viernes detuvieron un autobús cerca de Gernika y lo embadurnaron con pintadas a favor de ETA.