La policía francesa halló dos misiles tierra-aire durante el registro de los zulos que ETA tenía en Urrugne y Briscous, cerca de la frontera con España, y descubiertos en la operación que el pasado domingo llevó a la detención del jefe de ETA, Mikel Albizu, Mikel Antza , y Soledad Iparragire, Anboto . Los misiles, según el ministerio del Interior, estaban en "perfecto estado y listos para ser utilizados".

Los dos misiles SAM 7 Strela de fabricación rusa hallados son similares a los que, en 1986, condujeron a la policía hasta el zulo situado en los sótanos de la empresa Sokoa en Hendaya (Francia), donde se confiscó información sobre las finanzas etarras.

ARMAS MANEJABLES Estos proyectiles pueden ser manejados por una sola persona y derribar helicópteros o aviones de combate que vuelen a baja altura. Dado su pequeño tamaño (1,4 metros de largo y 75 milímetros de diámetro) y peso (2,95 kilos), son fácilmente transportables.

Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista a Vasco Press , los SAM 7 Strela hallados esta semana fueron vendidos por traficantes irlandeses a ETA hace cuatro o cinco años. Interior confirmó que todo el arsenal confiscado (que incluye también más de una tonelada de explosivos, así como 44 armas automáticas) había sido almacenado por la banda en los últimos cinco años.

TRAS LA PISTA Tras la detención en el 2001 del jefe del aparato logístico de la banda, Asier Oiartzabal Txapartegi, Baltza , las fuerzas de seguridad fueron alertadas de que la organización terrorista tenía en su poder este tipo de proyectiles. Al igual que ETA, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) tuvo en sus arsenales misiles SAM 7 procedentes de compras realizadas en Libia y Líbano. Y es que, tras la caída de los regímenes comunistas, los SAM 7 Strela de los respectivos ejércitos fueron a caer en manos de las mafias que controlan el mercado negro armamentístico.

Según Europa Press , es fácil encontrar estos proyectiles en las repúblicas exsoviéticas con fuerte presencia del integrismo islamista, como Georgia, Kazajistán, Uzbekistán y Chechenia (Rusia).

En otoño de 1986, las autoridades españolas, con la colaboración de Israel y de la CIA (los servicios de inteligencia de EEUU), consiguieron engañar a ETA con sendos SAM 7 Strela. A través de traficantes controlados, los etarras se hicieron con los misiles. Estos, además de estar totalmente desactivados, llevaban incorporados unos emisores que permitieron seguir su traslado hasta Hendaya.