ETA hizo estallar anoche un artefacto cargado con entre 6 y 8 kilos de amonal, que destrozó la instalación de un repetidor de telecomunicaciones ubicado en el monte Arnotegi, en los alrededores de Bilbao, el mismo lugar donde la organización terrorista había colocado una bomba hace nueve meses.

La explosión ocurrió anoche en un monte de los que circundan la capital vizcaína y "pudo coincidir", según los datos que baraja el departamento vasco de Interior, con otra potente explosión por una voladura controlada realizada a las 21:40 horas de ayer en las obras de la autovía conocida como Súper-Sur, en otro monte cercano.

Esta circunstancia generó cierta alarma entre los vecinos de la capital vizcaína, que oyeron la explosión de la voladura controlada, y confusión respecto a lo ocurrido, que no se aclaró hasta que, ya de día, se comprobó que se trataba de dos explosiones distintas.

La bomba estaba colocada en un repetidor de comunicaciones que da cobertura a distintos cuerpos y fuerzas de seguridad, así como a emisoras de radio y televisión, por lo que, tras la explosión, la Ertzaintza se percató de la pérdida de emisión de su señal y acudió a dicho centro a efectuar una inspección preliminar del repetidor.

Los agentes de la Policía Autónoma Vasca descubrieron, en esa primera inspección ocular, que la valla que rodea el perímetro del repetidor de televisión estaba rota, pero, debido a la falta de luz y por razones de seguridad, se pospuso la inspección detallada del repetidor a la mañana de hoy.

Ya con la luz del día, la Ertzaintza localizó la explosión en el repetidor y comprobó que la caseta de dicha instalación quedó prácticamente destruida por el estallido de la bomba.

El pasado 23 de febrero, ETA colocó otro artefacto explosivo en este mismo repetidor. Entonces se trató de una bomba diseñada como una trampa para los artificieros al estar dotada con un dispositivo anti-movimiento para que explosionara cuando los agentes de la Ertzaintza la manipularan.

A diferencia de lo ocurrido anoche, en aquella ocasión los terroristas avisaron de la colocación de la bomba y ésta explosionó cuando el robot que emplean los agentes de la Unidad de Desactivación de Explosivos la tocó, por lo que la máquina de los artificieros sufrió serios daños pero no hubo víctimas.

ETA empleó en aquel artefacto cinco kilos de cloratita, y en el que estalló anoche, entre 6 y 8 kilos de amonal. La antena que en dos ocasiones este año ha sido objetivo de los terroristas está ubicada en la cima del monte Arnotegi, de 426 metros, dentro del término municipal de Bilbao, y el Ayuntamiento de la villa ha hecho pública una de las primeras condenas del atentado por parte de las instituciones y partidos vascos.