ETA reapareció ayer mediante la colocación de una bomba lapa en el coche particular de un policía nacional, que no llegó a explotar. El agente recorrió unos 10 kilómetros con el artefacto adosado, que fue descubierto al llegar a la comisaría de Basauri (Vizcaya). El policía se paró a comer en un restaurante del barrio de Zorroza de Bilbao, circunstancia que fue aprovechada por los etarras para adherir la bomba, compuesta por un kilo de cloratita. Horas antes, un artefacto incendiario fue localizado en la puerta de la casa de un ertzaina en Barakaldo --también en Vizcaya-- que tampoco explotó.

En septiembre del 2007, ETA ya avisó de que atentaría contra miembros de los distintos cuerpos de seguridad "sea donde sea".