El atentado perpetrado por ETA en la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre del 2006 no solo segó la vida de dos ciudadanos ecuatorianos y dinamitó el proceso de diálogo abierto entre el Gobierno y la organización terrorista bajo la premisa inexcusable de un alto el fuego permanente; también selló el destino de la banda y del entramado político y sindical que durante décadas le ha brindado apoyo y cobertura. Tres años y medio después, el anuncio de una tregua (o de un alto el fuego, o de un cese de la actividad armada) ya no le sirve a ETA como salvoconducto para nada. Y ayer pudo comprobarlo. El Gobierno, los partidos y las instituciones mostraron una rara uniformidad a la hora de valorar, en un tono bajo y casi despectivo, el último comunicado de la banda como un gesto "claramente insuficiente" que en nada hará modificar la política de acoso a ETA y a su entorno.

Tras la ruptura unilateral del alto el fuego del 2006, la organización terrorista se quedó sin más cartas que jugar en una hipotética negociación que el anuncio previo de su propia disolución. "La tregua como un concepto de paz para abrir un proceso de diálogo está muerta", subrayó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

FRACTURA INTERNA Eso lo entendió en su día una parte importante de la militancia de ETA, lo que propició una considerable fractura interna en la organización. Y lo entendió también la llamada izquierda aberzale, cuyos dirigentes más perspicaces supieron de inmediato que su supervivencia pasaba por arrastrar a la banda hacia el abandono de las armas --una estrategia que esperaban poder rentabilizar políticamente, pero que no han sido capaces de llevar a cabo-- o cortar los lazos.

El anuncio de ETA de que ha decidido no cometer "acciones armadas ofensivas" coloca ahora a su entorno político en una situación ambigua. Pocos días después de que Eusko Alkartasuna y la izquierda aberzale aprobaran un documento en el que pedían a la banda un alto el fuego "permanente y verificable internacionalmente", los terroristas ofrecen un difuso compromiso de no atentar que no es ni permanente ni verificable.

Además, a diferencia de anteriores comunicados, obvian toda referencia al papel mediador de la izquierda aberzale y se presentan como interlocutores del Gobierno en un diálogo que ahora mismo se antoja inimaginable.

En declaraciones a TVE, Rubalcaba, ninguneó ayer también, deliberadamente, al conglomerado político formado por la ilegalizada Batasuna y sus adláteres, al asegurar que no le atañen los problemas de relación existentes entre ETA y la izquierda aberzale --"que lo resuelvan ellos", apuntó-- y dejar claro que "al Estado lo que le corresponde es perseguir a los terroristas".

Rubalcaba señaló que el comunicado "está muy lejos de los mínimos democráticos que la sociedad impone a la izquierda aberzale para volver a la legalidad" y subrayó que Batasuna solo podrá participar en la vida democrática si rompe de forma fehaciente y definitiva con ETA.

Es este un paso que fuentes de la lucha antiterrorista consideran no inminente pero, de un modo u otro, inexorable. La situación de la izquierda aberzale es verdaderamente difícil. La posibilidad de que concurra a las próximas elecciones municipales es cada vez más remota: se le agota el plazo y el Gobierno está a punto de aprobar una reforma de la ley electoral que persigue evitar con carácter preventivo que candidatos proetarras se cuelen en otras listas.

LAS LEGISLATIVAS DEL 2012 En el mejor de los casos para ellos, y siempre que se produjeran avances significativos en su ruptura con la violencia, los batasunos podrían aspirar a volver a las urnas en las elecciones legislativas previstas para el 2012, una convocatoria en la que su incidencia es, en cualquier caso, mínima.

Entretanto, su alejamiento de las instituciones aboca a la izquierda aberzale a una estrechez económica que se ve agravada por la prohibición de montar casetas --una de sus fuentes de financiación-- en las recientes fiestas de San Sebastián, Bilbao y otros municipios. Y, por si todo ello fuera poco, sus principales dirigentes no dejan de acumular procesos penales y condenas.

Paralelamente, ETA está viviendo sus horas más bajas. Debilitada tanto por los golpes policiales como por la división interna, la banda se enfrenta además a la progresiva deserción de algunos de sus presos más significativos. Otros reclusos, la mayoría, esperan poderse subir al carro de una solución negociada que les reporte algún beneficio penitenciario sin tener que renunciar a su militancia en ETA de forma individual. Una posibilidad que el último anuncio de la organización no ha contribuido a acercar ni un solo milímetro. Ante este panorama, la conclusión de Rubalcaba es clara: "ETA para porque no puede más". Y, remitiéndose al nefasto precedente del 2006, apuntó que no puede descartarse que se trate de "otra trampa" de la banda. Una manera de ganar tiempo para "reconstituirse". "Por eso digo --agregó-- que ojo y que cuidado, porque lo que nos están diciendo es que hay un parón técnico; y si fueron capaces de romper una tregua sin decirlo, imagínense un parón o como lo llamen".

El ministro también dibujó otra siniestra posibilidad: que la indiferencia del Gobierno ante el anuncio de alto el fuego lleve a ETA (o a una parte de ETA) a tratar de legitimar dentro de unos meses su eventual regreso a la lucha armada alegando que el Estado español se ha negado a negociar una solución.

El Ejecutivo no tiene la menor intención de dar paso alguno. "La política antiterrorista no va a variar ni un ápice", sentenció Rubalcaba. Satisfizo así las expectativas del PP, cuyos dirigentes exigieron al Gobierno que se comprometa a no negociar con los terroristas y a mantener el acoso policial. "El comunicado no tiene ningún valor y no cambia nada", declaró el líder popular, Mariano Rajoy. Como es habitual, la voz disonante fue la del exministro de Interior Jaime Mayor Oreja, quien afirmó que el anuncio de ETA no se entiende "sin una negociación previa". Rajoy no lo desautorizó.

Los dirigentes de la izquierda aberzale han convocado para hoy una rueda de prensa en la que admitirán preguntas. La comparecencia tendrá lugar después de que el entorno batasuno hiciera circular ayer el rumor de la existencia de otro vídeo de ETA.