La idea de asesinar al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón entretuvo durante un tiempo al exjefe del aparato militar de ETA, Jurdan Martitegi, quien llegó a describir en un documento de su ordenador la posibilidad de matar al magistrado haciéndole llegar a modo de obsequio de un estudiante una botella de coñac envenenado. El diario El País publicó ayer que en el pendriveincautado al activista se encontraron más referencias a Garzón que la agencia Efe concretó, citando fuentes de la lucha antiterrorista, con esta frase: "Este hijo de puta nos está jodiendo la vida".

Para burlar los rígidos sistemas de seguridad que hay en la Audiencia Nacional, Martitegi ideó que el paquete se enviaría desde una empresa de mensajería alejada del País Vasco, y a través del nombre de un estudiante de cuarto curso de Derecho que, en un nota ficticia, redactaría su absoluta admiración hacia el magistrado. Martitegi planteaba la nueva estrategia, inusual en ETA, como todo un desafío a las medidas de seguridad de la Audiencia y con el convencimiento de que el método solo se podría utilizar una vez porque provocaría un incremento de la seguridad.