ETA tenía en Portugal 300 kilos de explosivos listos para cometer un atentado de forma inminente. Esta acción respondería al deseo de la banda terrorista de hacerse notar durante el semestre de presidencia española de la Unión Europea. Además, Ibai Beobide Arza, el presunto etarra detenido el sábado en Guipúzcoa mientras circulaba en bicicleta, también estaba dispuesto a atentar en breve.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó ayer que buena parte de los 1.500 kilos de material explosivo incautados por las fuerzas de seguridad portuguesas hace 10 días en la localidad de Obidos estaban preparados para ser utilizados, ya que los componentes ya habían sido mezclados. Y una vez combinados, deben ser empleados en un corto margen de tiempo, dado que pierden eficacia rápidamente.

"LAS PEORES INTENCIONES" Interior ve reforzada así su principal hipótesis de trabajo: la que apunta a la pretensión de ETA de buscar un atentado de gran entidad "muy pronto", según declaró el ministro antes de viajar a Dakar (Senegal). Rubalcaba también habló del último etarra detenido, Beobide Arza, de quien afirmó que, "seguramente, tenía las peores intenciones".

Los resultados de las pesquisas policiales certifican que ETA dispone de infraestructura en Portugal. Además del avanzado taller para la fabricación de explosivos localizado en Obidos, se ha constatado que los terroristas han atravesado el país para comprar la materia prima para la elaboración de bombas. Pese a que algunos informes alertaban en los últimos años del riesgo de que los etarras pudieran ocultarse allí, huyendo de la presión en Francia y España, descubrir que había 1.500 kilos de explosivo a 100 kilómetros de Lisboa ha supuesto una auténtica convulsión social y política.

En este contexto, TVE informó de que Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe es el nuevo jefe militar de ETA. La Guardia Civil lo considera el máximo responsable del envío de explosivos a la base portuguesa de Obidos. Se le relaciona con la furgoneta interceptada el 9 de enero en Zamora, que presuntamente alquiló y que estaría destinada a la comisión de un atentado inminente.

Huido desde el 2003, se investiga su participación en varios atentados mortales cometidos en Navarra y Zaragoza, como el asesinato de Manuel Giménez Abad, presidente del PP en Aragón, y del cabo del Instituto Armado Juan Carlos Beiro.