ETA pretendía atentar mediante una furgoneta bomba durante la investidura del socialista Patxi López como lendakari. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer desde Londres que entre la información incautada al jefe del aparato militar de la banda terrorista, Jurdan Martitegi, detenido el sábado, se ha encontrado un documento del que se deduce que la dirección etarra había ordenado entregar una furgoneta con explosivos para utilizarla en los días cercanos al nombramiento de López en la Cámara vasca, previsto para el 4 y 5 de mayo.

Después de una reunión con su homóloga británica, Jacquie Smith, Rubalcaba confirmó que la operación policial culminada el pasado fin de semana impidió que se materializaran los planes de los terroristas. Aludió a la "nefasta manía" de ETA de estar presente en los acontecimientos de la realidad política, aunque no concretó el objetivo concreto contra el que pretendía atentar la banda terrorista.

Rubalcaba aprovechó para insistir en que no hay espacio para la negociación con los etarras y subrayó que sus declaraciones del domingo pasado sobre un debate interno en ETA en torno a la continuidad de la lucha armada eran "un mensaje a navegantes", para que "nadie pierda el tiempo" pensando que es posible poner en marcha un nuevo proceso de paz. Todavía abundó más sobre la cuestión, y explicó que después de tres intentos fallidos de negociar con los terroristas, no habrá una cuarta ocasión: "O la organización deja las armas por las buenas, o el Estado se encargará de acabar con ella", remachó.

"DESCOMPOSICION" El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, aseguró que la operación policial en la que se detuvo a Martitegi refleja que la situación de la banda terrorista es de "descomposición". Recordó que "en poco menos de un año" cuatro máximos responsables de la cúpula etarra han caído, desde la detención de Francisco Xabier López Peña, Thierry, en mayo del 2008. Después fueron arrestados Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y Aitzol Iriondo.

Martitegi permaneció desde la noche del pasado sábado en la comisaría de la localidad francesa de Montpellier, junto con los otros dos supuestos etarras arrestados con él, Alexander Uriarte y Gorka Azpitarte, que al parecer iban a realizar un entrenamiento previo a un atentado en España. La jueza antiterrorista francesa Laurence Le Vert prolongó ayer su situación de detención y aplazó el traslado a París para seguir con los interrogatorios y el análisis del material incautado en los registros realizados durante la detención.

Este operativo policial, ejecutado conjuntamente por las fuerzas de seguridad francesas y españolas, permitió llevar a cabo nueve detenciones, aunque una de las arrestadas el sábado en la ciudad de Vitoria, Olaritz Arakama, quedó en libertad sin cargos el pasado domingo.