Tres meses después de que ETA anunciara el alto el fuego permanente, la banda difundió a media tarde de ayer un nuevo comunicado, el cuarto desde el 22 de marzo, en el que se "reafirma" en la tregua, pero da un toque de atención al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y le emplaza a que pase "de las palabras a los hechos". El documento de tres folios y escrito únicamente en castellano se dirige a la "opinión publica española" para pedirle que apoye "activamente" el proceso de paz.

ETA no hace mención alguna a la última operación policial desarrollada el martes y en la que fueron detenidos militantes históricos de la organización a los que se acusa de constituir la red de extorsión. Sin embargo, abandona el laconismo con el que anunció el cese de su actividad y se adentra en peroratas, peticiones y advertencias.

Así, el texto reproduce el aviso que el martes dio Arnaldo Otegi al asegurar "incompatibles" el desarrollo del proceso y el mantenimiento de la "represión".

Señala el documento que, para avanzar" en el camino del diálogo, es imprescindible "desactivar" las medidas "represivas y de excepción".

Además, recalca que el "proceso democrático" que se tendrá que desarrollar en el País Vasco con la participación de todos los "agentes" deberá contar con "garantías suficientes" de que no habrá "injerencias" por parte de los poderes del Estado. Su llamada apunta que los "aparatos" no deben condicionar ni el desarrollo ni el resultado del proceso.

ACUERDOS PREVIOS En un lenguaje que no se aleja de la ortodoxia tradicional, pero que evita el también habitual matonismo con el que ETA amenazaba a unos y otros, el documento asegura que las autoridades españolas deben "adoptar y cumplir sus compromisos de alto el fuego".

De esta forma, ETA sugiere la existencia de acuerdos previos a su anuncio del pasado marzo y pide que se garantice el "cese total" de las actuaciones contra sus militantes, contra los presos y contra las actividades de la izquierda aberzale.

En este capítulo de demandas incluye un emplazamiento al Gobierno para que se comprometa a respetar lo que el pueblo vasco "decida" sobre su futuro.

TUTELA ETA mantiene su afán de tutela sobre todo lo que afecta al devenir político al reclamar también al Ejecutivo de Zapatero que dé los pasos necesarios para que ninguna ley, ni siquiera la Constitución, sea "obstáculo o límite" en el desarrollo de la "decisión" de los vascos.

El deseo de protagonismo de ETA no desaparece. Aunque ahora prescinde ya de autotitularse "vanguardia", sigue queriendo marcar los objetivos políticos y los ciñe a la posibilidad de que Euskal Herria recupere la soberanía y la territorialidad, en alusión a la unidad de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés.

El documento muestra el interés de ETA en lograr que los ciudadanos se crean su tregua. Dice que es "total" su "voluntad" de alcanzar una paz "justa y duradera" con el Estado español.

Por primera vez con una formulación semejante, ETA afirma su "convencimiento" de que la paz "es posible aquí y ahora". Asevera incluso que "quizás nunca antes hayamos estado tan cerca" de solucionar el conflicto "entre Euskadi y España".

Además, y dando por hecho que a los españoles se les ha "ocultado" las "verdaderas raíces históricas" del problema vasco, dedica parte de su documento a impartir doctrina.

ETA se dirige de forma directa a Zapatero y a su Gobierno para decirles que tienen la "oportunidad histórica" de apostar por una estrategia de paz basada en el "diálogo, el acuerdo y el reconocimiento" de Euskal Herria.