Aunque quedaron atrás los años del 'santuario francés', cuando ETA podía atentar en España y cruzar la frontera para ocultarse sin problemas en suelo galo, el Gobierno francés está evidenciando desde el final del terrorismo una actitud más flexible que la del español. Los organizadores del encuentro internacional que avalará la desaparición de la banda han querido evitar que se reproduzcan situaciones como la ocurrida en el 2014, con el primer gesto de entrega de armas realizado en el hotel Carlton de Bilbao; entonces, los verificadores internacionales, con Ram Manikkalingam a la cabeza, acabaron declarando en la Audiencia Nacional por haber aparecido en un vídeo con encapuchados de ETA.

Además de los innegables riesgos judiciales, los mediadores no cuentan con apoyos suficientes para atreverse a realizar un acto similar en Euskadi, y también han desistido en su intento de lograr avales de gobiernos europeos. El Ejecutivo vasco ha expresado reiteradamente que su único objetivo es facilitar el final definitivo e irreversible de la banda, pero que no tomará parte de ninguna forma en la organización del encuentro.

De esta forma, los tres organizadores, el Grupo Internacional de Contacto (GIC) y las organizaciones civiles Foro Social Permanente y Bake Bidea, han optado por Francia, cuyo Gobierno se ha mostrado mucho más tolerante con los movimientos de la banda. Así, permitió sin mayores trabas el proceso de desarme en abril del año pasado, que se desarrolló en la localidad vascofrancesa de Bayona. Además, a diferencia de lo ocurrido en España, en los últimos meses el Ejecutivo galo ha comenzado a acercar presos etarras a cárceles cercanas a sus domicilios.

El lugar elegido para este encuentro internacional es villa Arnaga, un palacete que perteneció a Edmond Rostand, autor de la célebre 'Cyrano de Bergerac'. El acto, que comenzará a mediodía, concluirá con la lectura de una declaración a cargo de "representantes de la comunidad internacional", según se ha adelantado.

Los organizadores han explicado que ya se han cursado las invitaciones para "la totalidad de las instituciones de Euskal Herria, los partidos políticos y los sindicatos", así como a "las entidades de la sociedad civil que obran por la resolución del conflicto". Está confirmado que acudirán delegaciones al máximo nivel del PNV, EH Bildu y Podemos Euskadi, así como representantes de todo el arco parlamentario del País vascofrancés, pero sin representación oficial ni del Gobierno vasco ni del Gobierno de Navarra.

El precedente de Aiete

Los mediadores siguen trabajando para lograr el mayor número posible de figuras internacionales para la fotografía del final de ETA. El abogado sudafricano Brian Currin y su equipo está apurando los plazos para intentar que la representación internacional tenga el mismo peso que la conferencia de paz de Aiete, hace siete años, que precedió al cese de los atentados. Entre los asistentes confirmados, se da por segura la presencia de Gerry Adams, líder del Sinn Féin, y de Jonathan Powell, el exjefe de Gabinete del exprimer ministro británico Tony Blair. Sin embargo, parece descartado el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, la máxima autoridad en Aiete.

Los dirigentes políticos vascos han exigido, para estar presentes en Cambo-les-Bains, que durante el acto no se lea ningún comunicado de la banda ni se proyecte el esperado vídeo de cierre a su trayectoria. Entre los rostros más conocidos estarán el portavoz parlamentario del PNV y presidente del Gipuzko Buru Batzar, Joseba Egibar, invitado por su condición de negociador en varios procesos de paz, al igual que el expresidente peneuvista Josu Jon Imaz, los socialistas Jesús Eguiguren o Rodolfo Ares, los líderes de la izquierda aberzale Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Rafa Díez Usabiaga, o el exdirigente de ETA 'Antxon'.