La emboscada que ETA tendió a la Ertzaintza el pasado domingo por la noche acabó con dos policías autonómicos heridos, uno de ellos grave, un etarra muerto en el tiroteo, Arkaitz Otazua, y el otro huido, Asier Mardones. La Ertzaintza batía anoche el bosque del puerto de La Herrera (Alava), donde pasó el atentado, en busca del fugado.

El consejero vasco de Interior, Javier Balza, confirmó que Otazua, de 24 años, y Mardones, que mañana cumplirá 23, formaban un comando legal (no fichado por la policía) que podría ser una célula del recién desarticulado comando Bizkaia . Según la agencia Vasco Press, ese grupo incluye a una tercera persona aún por identificar. El hecho de que fueran legales fue interpretado por el ministro del Interior, Angel Acebes, como una muestra de la debilidad de ETA.

ARMA POCO HABITUAL

Los dos terroristas robaron a punta de pistola un coche a un matrimonio al que dejaron atado. Después, hacia las 22.15 horas, llamaron al servicio de emergencias para pedir ayuda por un accidente de tráfico en la carretera A- 2124, que une Alava con La Rioja, en el lugar conocido como El balcón de La Rioja del puerto de La Herrera. Hacia allí se dirigió una patrulla de la Ertzaintza.

Cuando el vehículo policial se acercó hasta el Fiat Uno supuestamente accidentado y "antes" de que los agentes pudieran descender de su coche, los terroristas abrieron fuego. El vehículo de los etarras estaba en un lateral de la carretera. Los policías vieron que junto al coche había dos individuos, uno en la parte trasera y otro que parecía buscar algo junto a un asiento. Este se volvió con una escopeta recortada y abrió fuego. Aunque ese arma no es habitual de ETA, fuentes policiales recordaron que se han encontrado algunas en registros a pisos de la banda. El segundo etarra disparó con una pistola.

El agente G. E. G., que conducía el coche patrulla, dio marcha atrás, pero recibió un impacto en el rostro. Ha perdido el ojo izquierdo y está grave. Su compañero J. L. L. I. recibió los disparos en el pecho y en la espalda, pero había tenido la precaución de colocarse el chaleco antibalas y eso le libró de la muerte. Sólo resultó herido en el antebrazo.

Hacia las 8 de la mañana de ayer, los ertzainas hallaron el cadáver de uno de los etarras, a unas decenas de metros del lugar de la emboscada. Había recibido un disparo en la ingle. Los controles en la sierra de Cantabria y Toloño continuaban al cierre de esta edición para capturar al etarra que huyó a pie. Balza estaba convencido de que seguía en la zona.

La Ertzaintza registró los domicilios de los dos etarras en Bilbao. En el del huido fueron requisadas tres escopetas de caza. La Ertzaintza cree que los dos iban a ocultarse en una casa de Entrena (La Rioja), propiedad del padre de Otazua, donde ayer se encontró un croquis del plan del atentado. El Departamento vasco de Interior no quiso confirmar la identidad de los terroristas y no ocultó su malestar por la "frívola" actitud del Ministerio del Interior por desvelar los nombres cuando la investigación estaba abierta. Los partidos democráticos elogiaron la labor de la Ertzaintza. El Rey subrayó "la vileza" y la actuación "cobarde" de los etarras.