La Guardia Civil puso a salvo a las más de 60 personas que estaban en el aeropuerto. Los agentes los llevaron a la pista de aterrizaje y despegue. La policía adoptó esta decisión ante la imposibilidad de evacuar a la gente por las entradas de la terminal del aeropuerto, que dan al aparcamiento donde los etarras estacionaron el coche bomba.

El atentado se produce un día después de que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) sacara a concurso la remodelación de la terminal, con un presupuesto de más de 2,7 millones de euros (450 millones de pesetas).