La empresa pública de la Generalitat de Cataluña Adigsa ha financiado al menos durante una decena de años a CDC mediante el pago de las comisiones por valor de decenas de millones de pesetas que varios constructores, adjudicatarios de obras en viviendas sociales, entregaron a agrupaciones y dirigentes del partido, según uno de los protagonistas. Asimismo, la empresa incluyó en su nómina a responsables del aparato de seguridad y de organización de CDC, que cobraban como empleados públicos pero que dedicaban la mayor parte de su tiempo de trabajo al partido en los periodos electorales y en otros acontecimientos.

Ricard Murga, excoordinador del equipo de seguridad de CDC, ha revelado a este diario que él personalmente participó en varias de estas operaciones y que por su cargo tuvo conocimiento de otras muchas. Murga ingresó en CDC en 1978, y llegó a ser miembro del consejo nacional del partido entre 1981 y 1985, pero desde hace cinco años está alejado de la actividad política.

Fuentes de la actual dirección de Adigsa confirmaron que "la incorporación masiva de militantes de CDC fue una constante" durante esos años. Entre quienes entraron en la época de Felip Puig, entonces consejero y ahora portavoz de CiU en el Parlamento catalán, figuraba un pariente lejano suyo, Josep Maria Penín, cuyo nombre fue el primero en salir a la luz en marzo cuando un pequeño constructor le denunció por entender que no había cumplido sus compromisos de pago por unas obras encargadas por la anterior Administración de CiU, y que la actual se negó a abonar al carecer de documentación en regla. Penín era uno de los paradigmas del militante que trabajaba en el aparato de seguridad de CDC --haciendo de guardaespaldas o de chófer de altos cargos del partido-- y que cobraba de Adigsa.

VOLUNTAD DE DECLARAR Murga afirma que explicará al juez todo lo que sabe sobre contrataciones y pagos irregulares. Murga afirma que de la mayor parte de las transacciones económicas no quedó constancia documental, aunque se ingresaron talones en diversas cuentas. Murga dejó Adigsa en 1995 tras pactar con Puig un despido para cobrar el subsidio de desempleo. Sostiene que estaba harto de trabajar en la trastienda de la organización y que, además, quedó "muy desengañado" por el comportamiento de los "cuatro dirigentes" que hoy controlan CDC.

Murga asegura haber sido testigo de excepción de cómo Adigsa financió la estructura de seguridad de partido, pero añade que el dinero llegó también a otras personas y otras áreas. Era el caso de Salvador Oliva, empleado también de Adigsa que hacía compatible su empleo público con el de ejercer de chófer de altos cargos, o el de Vicenta Llanas, exsecretaria y exesposa de Felip Puig, quien trabajaba durante las campañas en el partido y cobraba de Adigsa. Llanas confirmó haber trabajado en ambos sitios, pero rehusó dar detalles.

PUIG LO NIEGA Por su parte, Felip Puig negó ayer las acusaciones. "Es imposible que el señor Murga haya visto entregas de cheques bancarios porque esto no ha ocurrido nunca", dijo.