Los exaltos mandos del Ejército que declararon ayer ante el juez Fernando Grande-Marlaska dijeron que "no tienen constancia" de que las quejas de los militares sobre las deficiencias en los vuelos que trasladaban a las tropas en Afganistán llegaran hasta el exministro de Defensa, Federico Trillo. Algunos de ellos sostuvieron, según fuentes jurídicas, que no recibieron reclamaciones sobre seguridad sino solo sobre "incomodidades", como retrasos o problemas con el catering, antes del accidente en el que murieron 62 militares españoles.

Sin embargo, el propio departamento dirigido por Trillo reconoció la existencia de 14 quejas, algunas de ellas sobre seguridad. El máximo responsable del Mando Aéreo de Levante, Manuel Estellés, admitió ayer que elaboró un informe sobre algunas de estas quejas. El Jefe del Estado Mayor Conjunto (EMACOM), Juan Luis Ibarreta, mientras, sostuvo que él solo tuvo conocimiento de cuatro reclamaciones, y ninguna sobre seguridad.

Según la defensa de las víctimas, las declaraciones de los militares demuestran que la información "no fluía" en el ministerio. Ante los periodistas, el comandante Bendala, amigo de uno de los fallecidos y que declarará mañana, aseguró que Trillo tenía conocimiento de las irregularidades.