La jefa de laboratorio de la Unidad de Desactivación de Explosivos (Tedax) de la policía afirmó ayer en el juicio del 11-M que, después de una deflagración, "nunca se puede determinar la marca o el nombre comercial de una dinamita". La experta, responsable de los primeros análisis del material que explotó en los atentados, dejó así claro que el exministro del Interior Angel Acebes carecía de base científica cuando el día de la masacre identificó el explosivo como Titadyne, el habitual de ETA.

La perito química compareció en la cuadragésimo segunda sesión de la vista junto a dos compañeros de los Tedax y los ochos autores del informe final sobre los explosivos del 11-M. Contó que el mismo día de los atentados, y en las jornadas subsiguientes, analizó 12 muestras recogidas en los focos de las explosiones y lo único que pudo concluir es que el material era, genéricamente, dinamita, dada la presencia de nitratos de amonio y nitroglicol.

Aseguró que en ninguno de los análisis detectó dinitrotolueno (DNT) o nitroglicerina, elementos presentes en el Titadyne. El hecho de que el DNT apareciera con posterioridad en numerosas muestras tomadas tanto en los focos de explosión como en escenarios relacionados con los atentados, y que la nitroglicerina estuviera presente en nueve muestras, lo atribuyó la perito "a una contaminación".

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, le preguntó si dicha contaminación se pudo producir en el lugar donde se almacenaron las muestras en dependencias policiales. La perito no lo descartó, aunque sostuvo que las muestras fueron debidamente almacenadas en bolsas.