Madrid Resulta obvio que Jaume Matas no está pasando por sus mejores momentos. El expresidente balear se encuentra en estos momentos a una semana justa del límite impuesto por el juez para aportar tres millones de euros como fianza si quiere eludir la cárcel provisional. Mientras el resto de partidos critican sus cada vez menos presuntas irregularidades y algunos de sus excompañeros del PP hacen lo propio, Matas se refugia en su piso de Madrid. Y todo apunta a que evitará dejarse ver. El miércoles, el empleado de un supermercado (en la imagen) llevó la compra al domicilio de Matas.