El Gobierno advirtió ayer de que un triunfo del no en el referendo del 20 de febrero sobre la Constitución europea "no sería gratuito" para España y tendría consecuencias "muy negativas" también para el resto de Europa.

El secretario de Estado para la Unión Europea, Alberto Navarro, respondió así al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que el martes pasado afirmó durante una visita al Parlamento europeo en Bruselas que un triunfo del no en la consulta no implica que se "acabe el mundo" o que se frene el proceso de construcción europea.

"IR PARA ATRAS" En declaraciones a la prensa tras un encuentro con el viceministro luxemburgués de Asuntos Exteriores, Nicolas Schmidt, Navarro argumentó que "el mundo se mueve hoy muy rápido" y que regresar al Tratado de Niza --previo a la Constitución europea-- sería "ir para atrás".

Schmidt, cuyo país celebrará la consulta en el mes de julio, dijo que "todos los ojos de Europa miran a España" y vaticinó que los españoles "no decepcionarán" y votarán "masivamente" por la Carta europea.

El Partido Popular mantuvo ayer su estrategia de equilibrismo de defender en público el a la Constitución europea y, al mismo tiempo, crear la atmósfera para que la consulta no constituya un éxito que pueda capitalizar el Gobierno.

En una jornada de campaña en Andoain (Guipúzcoa), el secretario general de los populares, Angel Acebes, sostuvo que "se está notando una cierta frialdad" de los ciudadanos hacia el referendo del domingo por culpa del Gobierno. Argumentó Acebes que es "responsabilidad" del Ejecutivo socialista "garantizar, alentar y animar" la participación ciudadana.

RESPONSABILIDAD DELIMITADA Según Acebes, las responsabilidades de que el referendo constituya un éxito están "claramente delimitadas". Dijo que a los partidos partidarios del les corresponde "hacer campaña para demostrar que la ventajas son mayores que los inconvenientes", mientras que el Ejecutivo debe "alentar la participación".