Hugo Chávez sacó de nuevo la matraca contra España. El presidente venezolano volvió a pedir al Rey que se disculpe por mandarle callar en la cumbre de Chile y dio un paso más allá al decir que "congelaba" las relaciones entre ambos países. El Ministerio de Exteriores español pidió una reunión urgente al embajador en Madrid, Alfredo Toro, y tras el encuentro tanto el diplomático como un portavoz del Gobierno intentaron quitar hierro al asunto.

"Ambos países tienen un futuro común más allá de los altibajos", afirmó Toro. En la misma línea, el Ejecutivo español consideró que no había habido "ningún cambio" en las relaciones en el último mes, y enmarcó las palabras de Chávez en la diatriba que, en el momento en el que las mencionó, estaba lanzando contra Colombia.

Faltan seis días para que Venezuela vote la reforma constitucional que puede dar carta blanca a Chávez para perpetuarse en el poder, y su verbosidad crece por momentos. "Hacer nacionalismo le sirve electoralmente", afirmó ayer Enrique Santos, director del diario El Tiempo de Bogotá. Durante su particular campaña para lograr el en las urnas el domingo, Chávez ha provocado, en solo dos semanas, dos incidentes que le perjudican cara a sus electores: la regañina del Rey y el fracaso de su mediación con la guerrilla de las FARC.

Chávez anunció la "congelación" de las relaciones con España justo después de comunicar que metía "en el congelador" las que mantiene con Colombia. "Es como el caso de España --añadió--. Hasta que el Rey no se disculpe, yo congelo las relaciones con España". "Congelar es un término que no existe en diplomacia", dijo ayer un portavoz de Exteriores, que no reveló si el embajador, en su reunión con la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, concretó qué significaba.