El Ministerio de Asuntos Exteriores prevé el próximo relevo del responsable de la Embajada en Irak, Eduardo de Quesada. La decisión se produce en medio de fuertes críticas de los agentes del Grupo de Operaciones Especiales (Geos) destinados en Bagdad por el mal trato que les dispensa De Quesada y por la falta de medios para garantizar la seguridad en la legación diplomática.

La situación ya ha comenzado a causar tensiones entre los ministerios de Exteriores, que encabeza Ana Palacio, e Interior, que dirige Angel Acebes. La cartera de Interior enviará en los próximos días a Bagdad al jefe máximo de los Geos, Rafael González Cachinero, para que estudie sobre el terreno y sin la intermediación de los diplomáticos las necesidades en materia de seguridad, según han indicado a este diario fuentes oficiales.

A PARAGUAY

Las mismas fuentes sostienen que De Quesada será nombrado embajador en Paraguay. Como su sustituto se baraja el nombre de Marcos Vega, actual número dos de la Embajada en Libia y un gran conocedor de la cultura árabe. Vega fue convocado por la ministra Palacio a Madrid con ocasión de la Conferencia de Donantes, celebrada el jueves y viernes pasados, y desde entonces no ha regresado a Trípoli.

Exteriores se limitó a señalar ayer que "cuando se produzca el relevo, será normal". De Quesada fue destinado a Bagdad en noviembre tras la dimisión de su antecesor, Fernando Valderrama, que renunció por su desacuerdo con la política de José María Aznar hacia Irak.

Un informe enviado por el jefe de los geos en Bagdad a sus superiores, desvelado ayer por la SER, muestra las malas relaciones de los agentes con el encargado de negocios. La situación empeoró en mayo pasado cuando De Quesada, hospitalizado tras un accidente de coche, quiso utilizar a los agentes para "atenciones básicas" hacia su persona. Los geos se negaron, por lo que De Quesada los acusó de "inhumanos" y "malas personas".

"La relación protector--protegido, que es básica en situaciones de inseguridad palpable, quedó seriamente dañada", concluye el informe.

El documento, fechado en junio pasado y, por tanto, anterior a las muertes del capitán de navío Manuel Martín-Oar y del sargento José Antonio Bernal, critica la falta de medios y personal para garantizar de modo adecuado la seguridad en la legación diplomática. Palacio dijo ayer desconocer dicho informe.