Que la reputación de las insitituciones madrileñas iba a quedar manchada por el escándalo del caso Cifuentes es algo que PSOE, Podemos y Ciudadanos viene advirtiendo desde hace semanas. La primera repercusión tangible del deterioro causado a la imagen de la Comunidad de Madrid se conoció ayer, cuando el filósofo Emilio Lledó hizo público su rechazo a recibir la Medalla de Oro, el máximo galardón que otorga el Gobierno autonómico, decepcionado por el cuestionable legado moral que la expresidenta Cristina Cifuentes más allá de su dimisión.

Lledó, premio Príncipe de Asturias de Humanidades y miembro de la Real Academia Española, explicó que ha rehusado a la condecoración «dadas las circunstancias» después del «jaleo» en torno a la Comunidad de Madrid y la universidad Rey Juan Carlos, que avaló el máster de Cristina Cifuentes.

La Comunidad de Madrid tenía la intención de premiarlo junto al periodista Alfonso Ussía y, a título póstumo, el campeón de motociclismo Ángel Nieto, fallecido en agosto del año pasado, el próximo Dos de Mayo, en los actos oficiales con motivo de la festividad regional. Ante la ausencia de Cifuentes, los galardones serán entregados por el sobevenido presidente madrileño en funciones, Ángel Garrido.

«Me enteré de que estaba propuesto para la Medalla de Oro, estas cosas se agradecen pero dadas las circunstancias no me apetecía nada, eso es lo único que tengo que decir sobre esto», señaló el filósofo, quien destacó que es un «defensor» de la universidad, en la que «cree de verdad».

Para Emilio Lledó, sería «desagradable» aceptar una condecoración propuesta por quienes parece que no respetan a algo «esencial» en España, que es la educación, representada por instituciones como la universidad, la escuela o los institutos.