Solo 24 horas después de que Manuel Fraga sacase pecho en la Ejecutiva estatal del PP destacando los problemas de los colegas valencianos, la sombra de la duda se cernió ayer sobre su gestión. Las grabaciones telefónicas mantenidas desde la cárcel por el exsecretario de organización del PP gallego, Pablo Crespo, uno de los principales implicados en el caso Gürtel, incluyen una alusión directa a las cuentas de la formación que gestionó entre 1996 y 1999, cuando Fraga presidía la Xunta. Y en ellas advierte a su abogado de "una relación de ingresos y gastos, sin especificar quién ingresaba". "Eso va traer cola cuando se levante el secreto de sumario", vaticina.

El PP gallego se había mantenido al margen de la presunta financiación irregular del partido. Ello había llevado al actual hombre fuerte en esa comunidad, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a soltarle a su homólogo valenciano, Francisco Camps, un "que cada palo aguante su vela", que ahora deberá aplicarse a sí mismo. Y es que las revelaciones de Crespo a su abogado, José Antonio López Rubal, abren la puerta a todo tipo de suspicacias.

El imputado explica al letrado, el 22 de febrero de este año, que la policía le ha intervenido en una caja fuerte que tiene en Pontevedra la "documentación económica pura" del PP gallego en esos cuatro ejercicios y le indica que no cree que estos entrañen un "problema jurídico muy grave, salvo el de 1999".

DELITO ELECTORAL Crespo pregunta a López Rubal cúando prescriben "este tipo de cosas", y este le previene de que si es un "problema de financiación irregular" pueden conducir a un "delito electoral". "Como mucho, diez años", dice. Crespo recuerda que si la prensa se enterase esa semana --en la víspera de las últimas elecciones en Galicia-- "el lío que se podría montar sería morrocotudo".