Una dictadura con reservas petroleras es menos dictadura. El descubrimiento periódico de pozos de petróleo y, sobre todo, la existencia de grandes bolsas gasísticas en Guinea Ecuatorial contribuyen a perpetuar a Teodoro Obiang, cuyo régimen ha sido condenado reiteradamente por la ONU por vulnerar los derechos humanos.

Las relaciones entre España y su excolonia, la Guinea española, están plagadas de fracasos y escasos avances democráticos del país africano. Ahora, España lo intenta de nuevo condicionada por su dependencia energética.

Los fracasos diplomáticos con Guinea Ecuatorial han allanado el terreno a EEUU, que hoy explota la mayoría de los pozos más rentables a través de la compañía Exxon Mobil. Sin embargo, se han abierto nuevas oportunidades para España con la convocatoria de la puja de nuevos pozos en la zona de Punta Europa, en la isla de Malabo. La concesión se efectuará el próximo mes de enero y en ella participará Repsol YPF.

Guinea está dividida en cuadrículas. La petrolera española cuenta desde el pasado 31 de diciembre del 2005 con los derechos para explotar dos bloques, con una superficie total de 2.927 kilómetros cuadrados.

Repsol está en conversaciones con la compañía guineana Gpetrol para crear una sociedad conjunta, en la que la firma española aportaría su tecnología punta. Este extremo fue abordado por el presidente de la petrolera Antoni Brufau con el propio Obiang en la visita que efectuó a Guinea el pasado 23 de octubre, en la que acompañó al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

Además, Repsol y el Gobierno de Guinea financian, a partes iguales, la carrera en España de 30 estudiantes guineanos en la Escuela Técnica Superior de Minas de Madrid. Los jóvenes reciben formación académica como ingenieros de petróleo.

La oportunidad española

No obstante, el gran interés de Repsol en Guinea es el gas, cuyas bolsas están muy poco explotadas. Según fuentes de la petrolera, Obiang visitó una nueva fábrica gasística en Trinidad Tobago y quedó "impresionado" por la tecnología española.

En este asunto, los intereses particulares de Repsol coinciden con los estratégicos de España. De prosperar la iniciativa de Repsol, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero abriría una nueva vía de suministro de gas, además de las que ya tiene con los países de Argelia y Rusia.

La última palabra en Guinea la tiene siempre Teodoro Obiang, que dirige el país con mano de hierro. El presidente guineano llegó al poder el 3 de agosto de 1979 tras dar un golpe de Estado contra su propio tío, Francisco Macías Nguema, que fue asesinado.

Obiang justificó el golpe en los 200.000 asesinatos cometidos por su tío. El pavor que su tío provocó entre la población lo ha sabido administrar Obiang durante los últimos 25 años, pese a que también se le imputan un centenar de muertos.

Falta de libertades

Hoy, en Guinea, la policía es la única institución que llega a todos los rincones del país. Las detenciones arbitrarias, las torturas en las comisarías y los juicios sin garantías son frecuentes. En Guinea, el 80% de sus 590.109 habitantes censados en el 2006 viven en el umbral de la pobreza y no tienen corriente eléctrica en sus casas. Y esa situación se produce en un país que obtiene todos los días más de 300.000 barriles de petróleo.

Ahora, Obiang promete que las elecciones legislativas y municipales del 2008 y las presidenciales del 2009 van a ser limpias. Esta vez, dice, con partidos democráticos.