Amistades peligrosas. El fiscal Vicente González Mota reveló ayer las relaciones que ETA y las FARC han mantenido desde 1993. La colaboración se ha concretado en contactos personales, cursillos de explosivos y la aceptación por parte de ETA de matar al expresidente colombiano Andrés Pastrana en España.

Esta relación ha salido a la luz tras la muerte del guerrillero Raúl Reyes el pasado 1 de marzo en un enfrentamiento con el Ejército colombiano. El número dos de las FARC guardó en su ordenador los mensajes que remitió a miembros de ETA desde 1999. En los 25 mensajes se constata que la relación era fluida. La dirección etarra se ofreció a establecer "relaciones oficiales técnicas y políticas" con la guerrilla colombiana el 2 de noviembre de 1999. Sin embargo, un año después, Reyes propuso "una retirada decente con los de ETA ... y atender a los de Irlanda del 14 al 15 de junio" del 2000.

A pesar de ello, ETA instruyó a cuatro activistas sobre el manejo de explosivos en campamentos de Colombia entre julio y agosto del 2003. Por su parte, las FARC les pidieron ayuda para localizar en España a Pastrana, a la que fue embajadora de Colombia Noemí Sanín, al excandidato presidencial y dos veces alcalde de Bogotá Antanas Mockus, al vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, y a otros cargos políticos y militares. Esta localización, según el fiscal, tenía por objeto "cometer un atentado contra ellos en España o en otro país de la Unión Europea".

LOS VIAJES La guerrilla colombiana dedicó sus esfuerzos a lograr este objetivo hasta el punto de que uno de sus miembros, Víctor Ramón Vargas, viajó en dos ocasiones a España para vigilar la Embajada de Colombia en Madrid y para conocer de primera mano los recorridos de Pastrana en la capital. En estas visitas, realizadas entre el 8 de marzo y el 30 de septiembre del 2000, mantuvo encuentros con etarras. Por ello, informó al dirigente de las FARC Edgar Gustavo Navarro de que "no sería difícil atentar siempre que se contase con la colaboración de ETA". Además, la fiscalía revela que los etarras Martín Capa --seudónimo-- e Iñaki Domínguez impartieron un curso sobre el manejo de explosivos a 13 miembros de las FARC y a siete del Frente de Liberación Boliviano en campamentos de la guerrilla en agosto del 2007. El curso duró 20 días. El fiscal reclama al juez Eloy Velasco la detención de cinco etarras en Cuba y Venezuela. También pide que interrogue a siete miembros de las FARC y que identifique a tres etarras de los que solo dispone del alias.

Por otra parte, el Parlamento vasco aprobó con los votos del tripartito (PNV, EA, EB), Aralar y EHAK una resolución que rechaza la "decisión política" de ilegalizar a ANV y EHAK. El PSE aprovechó para avisar de que se acabó "la generosidad" con los aberzales.