La fiscalía de la Audiencia Nacional pidió ayer el sobreseimiento provisional de la causa contra siete directivos del diario vasco Egunkaria, clausurado en el 2003 por el juez Juan del Olmo, dado que "no se ha logrado acreditar que el periódico sea fuente de financiación de ETA" ni que la cabecera fuera utilizada por la banda "para blanqueo de capitales" ni para "la consecución de sus fines".

La decisión del ministerio público, tomada por Miguel Angel Carballo, causó sorpresa dado que la fiscalía pidió en enero que se mantuviera el procesamiento. Sin embargo, fuentes de la fiscalía aseguran que esta no ha recibido presiones para cambiar de criterio. Explican que apoyó el procesamiento porque entonces había indicios de criminalidad, pero que ahora, cuando se debe decidir si se celebra el juicio, considera que no son suficientemente sólidos para mantener la acusación.

En el auto, Carballo asegura que solo se ha podido acreditar, a través de varios documentos incautados, que "ETA estaría interesada en Egunkaria ", como diario escrito en vasco, pero que esto no demuestra que los procesados "participaran de ese interés". Incluso va más allá y considera que la interpretación de los documentos que hizo la Guardia Civil "carece de solidez", y afirma que hay otras deducciones "más razonables" y favorables a los imputados.

NO JUSTIFICAN LA VIOLENCIA Carballo añade que en los 13 años de publicación no se ha encontrado "ni una sola noticia, editorial o artículo que denote que participaban del deseo de aglutinar población en torno a ETA". Y señala que ni siquiera se ha constado que los procesados "hayan exculpado o minimizado la actuación de la banda".

La decisión tomada por el fiscal supone un escollo importante para la celebración del juicio, pero no lo impide al haber dos acusaciones más --de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, y Dignidad y Justicia-- que pedirán a la Audiencia Nacional que los directivos del diario Egunkaria estén en el banquillo.

Entre los acusados se encuentra Xabier Alegria, juzgado en el macrojuicio contra el entorno de ETA, y el último director de la publicación, Martxelo Otamendi. El cierre del diario fue rechazado por medios de comunicación, asociaciones culturales y el Gobierno vasco.