El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, aguardaba con paciencia el momento para poner en su sitio a los teóricos de la conspiración del 11-M, que durante tres años se han dedicado a sembrar dudas sobre la instrucción de la causa y la autoría de los atentados. Ese momento llegó ayer, en la sesión 46 del juicio, con la presentación del informe final del ministerio público. Zaragoza no se mordió la lengua: tras hacer un encendido elogio de la investigación judicial y atribuir la masacre al yihadismo islamista, atacó sin contemplaciones a las acusaciones y medios de comunicación que montaron un "proceso paralelo" basado en "sospechas" con la intención de "convertir en auténtica una verdad preconcebida e interesada".

Sin citar nombres, pero en una clara alusión a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, el fiscal jefe recriminó a algunas acusaciones por haber "intercambiado roles" y provocado una situación de "esquizofrenia judicial" en su afán por mantener viva la hipótesis de la autoría etarra. También arremetió contra los medios que, "alejándose de los criterios de objetividad", han montado "campañas en favor de algunos acusados y campañas de desprestigio contra jueces, fiscales y policías". "No hay nada más hermoso que buscar la verdad; no hay nada más indigno que buscar la mentira y pretender que se convierta en verdad", dijo Zaragoza, citando al filósofo romano Cicerón.

"DAÑO IRREPARABLE" El fiscal incluyó en su diatriba al exdirector general de la policía y actual eurodiputado del PP Agustín Díaz de Mera, a quien acusó de causar un "daño irreparable" a la institución policial por denunciar en el juicio la supuesta manipulación de un informe que vinculaba a ETA con los atentados. Recordó Zaragoza que el exjefe de la policía fue desmentido en el propio juicio por su presunta fuente, el comisario Enrique Pérez Castaño, y el supuesto manipulador, el también comisario José Cabanillas.

El fiscal citó algunos argumentos de los teóricos de la conspiración, como que la mochila de Vallecas fue colocada con posterioridad por agentes policiales, o que el contenido de la furgoneta Renault Kangoo fue adulterado, o que la inmolación de los terroristas de Leganés fue un montaje. Todo esto, dijo, "sería grotesco si no hubiera 191 muertos y 1.841 heridos".

"No se puede intentar desesperadamente encontrar una trama policial que convertir en responsable último de los atentados", dijo Zaragoza, en referencia a los escritos finales de la AVT y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que lanzan sospechas contra los agentes policiales que mantenían lazos con confidentes relacionados con la célula autora de la masacre.

El fiscal jefe sostuvo que no hay motivos para seguir investigando "años y años". Afirmó que ya existen "cientos" de pruebas contra los procesados, que actuaron, dijo, "al amparo de Al Qaeda" y con la complicidad de la trama asturiana de explosivos.

INOCENCIA Tras la intervención de Zaragoza, la fiscal del caso, Olga Sánchez, leyó el escrito de calificación, tarea que seguirá hoy. Los abogados defensores leyeron las conclusiones de sus escritos: todos alegaron la inocencia de sus clientes y la mayoría pidió la nulidad del juicio por varios motivos, entre ellos la prolongación del secreto sumarial o la retransmisión de la vista.