La Fiscalía General del Estado está especialmente activa en lo que al caso Gürtel concierne: si el jueves solicitó al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Valencia que aumente la lista de imputados en la causa, ayer dirigió un nuevo escrito al Tribunal Supremo para instarle a pedir ya en el Congreso y el Senado los suplicatorios necesarios para investigar a Luis Bárcenas, senador y tesorero del PP, y al diputado conservador Jesús Merino.

El gesto desagradó a los populares, hasta el punto de que su portavoz en el área de Justicia, Federico Trillo, se plantea exigir en sede parlamentaria la comparecencia del fiscal general, Cándido Conde-Pumpido para que explique lo que él considera una "utilización propagandística" de la institución.

Más allá de las tradicionales tensiones entre el ministerio fiscal y el principal partido de la oposición, el instructor del citado caso en el alto tribunal, el magistrado Francisco Montarde, está estudiando la conveniencia de aceptar o no la petición de Bárcenas y Merino de declarar, de forma voluntaria, antes de que el Supremo les requiera formalmente como imputados.

La fiscalía del Supremo no se opone en ningún caso a que finalmente se lleve a la práctica esa declaración voluntaria, aunque también considera que no tiene por qué impedir que el instructor solicite ya los suplicatorios y reclame al Superior de Justicia de Madrid los datos que posee sobre Bárcenas y Merino. Los aludidos, por el contrario, siempre han sostenido que si demandaban declarar con urgencia era con la esperanza de que sus explicaciones ante el magistrado sobre su abultado patrimonio personal sirvieran para frenar dichos suplicatorios, ya que ese escenario sería la antesala de una imputación en toda regla.

DIMISION TRANSITORIA De hecho, hasta ahora el tesorero Bárcenas se ha resistido a presentar su dimisión, pese a las presiones que ha recibido desde el seno de su partido, alegando que él, con su testimonio, será capaz de frenar el caso porque es "inocente" y no se ha enriquecido gracias a una red corrupta de empresarios. Y, según algunos dirigentes del Partido Popular que mantienen contacto habitual con él, siempre ha supeditado su posible "dimisión transitoria" a que el juez opte a reclamar el suplicatorio, después de haber escuchado su versión.

Pero ¿y si el Supremo atiende el escrito de la fiscalía y solicita ya los suplicatorios? ¿Dimitirá entonces Bárcenas? El PP admite con desesperación que dependerá de su voluntad, puesto que el guardián de sus cuentas hace tiempo que reivindica su voluntad para decidir. Y desoye las directrices oficiales. Especialmente porque Mariano Rajoy aún no se ha atrevido a exigirle que abandone el partido. Así, la relación entre Bárcenas y el Partido Popular se va haciendo cada vez más tensa: él se siente desairado por las peticiones de dimisión que se le hacen en privado, y quienes las hacen piensan que han aguantado demasiado.