Una cosa es "estar disponible" para liderar la oposición y otra muy distinta es hacerlo hasta el final de la legislatura. Manuel Fraga, de 82 años, introdujo ayer este matiz a su afirmación inicial de que iba a permanecer al frente del PP gallego los próximos cuatro años. "Yo he hecho un ofrecimiento: mientras tenga aliento, servir a Galicia, que puede ser incluso escribiendo artículos o, no sé, pidiendo limosna para un fin benéfico", dijo, y añadió: "Lo que no tiene límites es mi voluntad".

Estas declaraciones allanan el camino de su sucesión, que "se decidirá en un congreso en Galicia" aunque escuchando "propuestas" de Madrid. El futuro de Fraga, por lo tanto, no parece ya que esté tan vinculado a la labor de oposición.